Se podrá esconder la mano que roba, pero jamás la que gasta.
Ahora que se conoce a medias, pero finalmente se sabe, la fortuna en inversiones bursátiles que reporta el gobernador Rafael Moreno Valle, no estará de más que todos sus empleados presenten su declaración patrimonial.
Que empiecen los alcaldes de Puebla, cuya forma de vida se transformó en los primeros nueve meses de gestión. Les faltan aún tres años y 8 meses más, pero la mayoría estrena casas, realiza mejoras millonarias y, sobre todo, se volvieron empresarios de bienes y servicios.
Presumen coches del año, realizan compras de más bienes en el extranjero o se asocian con empresarios poblanos de conocida fama de lavadores de dinero del poder.
El rector de la BUAP, Alfonso Esparza Ortiz, debe informar sobre su patrimonio que se ha acrecentado, gracias a sus hijos que hoy manejan cafeterías, restaurantes y joyerías.
Saber si sigue siendo socio de Damián Hernández u opera los fondos de Enrique Agüera.
También debe presentar su declaración todo el gabinete para descubrir las propiedades adquiridas, pues hoy buena parte de los secretarios son dueños de plazas comerciales, gasolineras, departamentos, casas, cafeterías y han adquirido joyas, autos antiguos, así como obras de arte.
Secretarios que aparecen como socios de las privatizaciones, por ejemplo del agua potable.
El auditor del estado, David Villanueva Lomelí, tiene que explicar por qué se ha hecho de propiedades en Guadalajara y aquí favorecen a constructoras ligadas a él.
No es posible que los funcionarios hayan comprado las casas que se ubican alrededor a sus despachos u oficinas. Por eso no declaran sus fortunas, pues lavan dinero y sus bienes no justifican sus ingresos.
Señores diputados/as tampoco se hagan como el Tío Lolo, pues la estela de negocios por debajo del agua les empieza a llegar al cuello.
Cónyuges e hijos son claves, en los casos que corresponda, pues en otros se establecerán líneas de investigación para conocer a sus prestanombres.
Los morenovallistas que aspiran a cargos de elección popular deberán mostrar cómo de empresarios hoteleros quebrados pasaron a convertirse en magnates de la industria sin chimeneas. ¿Verdad, señor Trauwitz?
¿Con el sueldo del gobernador Moreno Valle se puede dar el lujo de comprar en un año en 30 millones de pesos en inversiones bursátiles y vender acciones por 17 millones 282 mil pesos?
¿O la esposa del político con qué compró prácticamente la mitad de las casas en Arboledas de Guadalupe, un fraccionamiento de clase media de la capital del estado?
En Puebla, se forma ya la nueva clase de millonarios del país, gracias a ese enorme negocio que representa la política en el poder.
APESTA SINDICATO DEL AYUNTAMIENTO
Todo un canguro resultó el líder del nuevo sindicato del ayuntamiento de Puebla, Orlando López Reyes, quien protegido por las autoridades desvía fondos e ignora a la base de trabajadores del servicio de limpia.
A todo el personal se le obligó a firmar sus antigüedades a cambio de darle la mayoría de votos a López Reyes.
El problema es que se han enterado en la Junta de Conciliación y Arbitraje que ninguno de los trabajadores está considerado como agremiado.
En campaña, el canguro Orlando se comprometió a que las cuotas del personal serían más bajas que las cobradas por Israel Pacheco. El problema es que las aportaciones son mayores y alcanzan casi los 100 pesos por quincena para cada trabajador.
El líder sindical prepara su fondo de retiro, pues sabe que en el 2015 dejará su lugar a Alejandro Brito, posición de las autoridades municipales.
En la gestión de Eduardo Rivera, el Cabildo aprobó un bono de aproximadamente 10 mil pesos. Se esperaba se entregara antes del #BuenFin, además de que ya se tiene la partida presupuestal.
Sin embargo, nunca llegó el dinero, pues el Organismo Operador de Limpia agotó su presupuesto en otros gastos.
