22-11-2024 01:36:50 PM

René Valdivieso quiere ser Rector; opera guerra sucia

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Valdivieso usó al investigador César Cansino para golpear al grupo del director Carlos Moreno con el afán de empezar a controlar las unidades académicas.

Utilizó la figura de Alfonso Esparza, quien parece el marido cornudo: siempre es el último en enterarse de las infidelidades.

El golpe que propinó a la Facultad de Derecho colocó en entredicho los programas de posgrado, descalificó a la planta docente y exhibió a quienes se titularon.

Además, puso en duda la calidad académica, pues en el afán de cumplir la cuota de doctorados y maestrías en la BUAP ante el Conacyt para evitar la pérdida de recursos federales, ahora se someterá a la universidad a una auditoría que la dejará muy mal parada.

Valdivieso está en su juego ante la debilidad de Esparza, a quien por lo visto lo único que lo sostiene como rector es su abyección hacia el morenovallismo.

Hasta ahora en la Facultad de Derecho se logró un respiro con la renuncia del secretario de Investigación y Estudios de Posgrado, César Cansino.

Sin embargo, el golpe a la credibilidad del sistema de posgrados en la BUAP es atroz. Todo empezó cuando la comunidad de Derecho operó para separar temporalmente a Cansino.

En su ausencia laboral del 8 de agosto al 7 de octubre, Esparza ordenó al director de la Facultad, Carlos Antonio Moreno Sánchez, realizar 68 exámenes de titulación de posgrado para evitar la congelación de fondos federales por incumplir con la cuota de doctorados y maestrías, pero además se aprovechó para titular a familiares y amigos de políticos poblanos.

Una vez reinstalado Cansino en su cargo, en una carta enviada al director de Derecho, Carlos Antonio Moreno, cuya copia obra en Al Portador, denuncia que en ese periodo se presentaron 1.7 tesis por día.

De los 68 exámenes presentados se aprobaron todos (42 por unanimidad, 23 con honores por Cum Laude). No obstante la ínfima calidad de la mayoría de las tesis aprobadas, una de cada tres obtuvo honores y ninguna un voto negativo.

Según el oficio SHEPD/608/2014, de los 68 exámenes presentados repitieron como jurados más de cinco veces los mismos profesores, más del 75 por ciento de los casos, como si en la Facultad no hubiera más profesores capaces, pues conformaron el sínodo un total de 13.

Cansino exhibe varios casos: El doctor Paulino Arellanes participó en 36 exámenes en dos meses, además de que fue asesor en 19 tesis.

En uno de las tesis que Arellanes fue asesor, Cansino emitió su voto negativo porque el trabajo era un plagio de principio a fin.

Denuncia una mafia en Derecho, pues en este proceso Arellanes participó en 15 de los 19 exámenes de doctor en derecho y 6 de las 7 maestrías en ciencias políticas.

Carlos Moreno Sánchez en 9 de 19 sínodos del doctorado; Christian Federico Vargas García, coordinador de la maestría se autonombró en 18 de los 47 exámenes; y Fabiola Cuotiño Osorio en 18.

En la BUAP de Esparza, el doctor Carlos Gallardo Loya fue jurado en un examen sin ser profesor y carecer del título y cédula del doctorado.

En el descaro total, a Cansino lo quitaron de ser jurado en el examen de doctorado a favor de María de los Ángeles Córdova Guevara, cuya tesis presentaba problemas graves de plagio e inconsistencias. En su ausencia fue aprobada con honores.

Vale abrir un paréntesis para señalar que la mentada doctora Córdova Guevara aparece como concesionaria de taxis (permisos 303/7310SSJ y 900/7307SSJ) otorgados por la Secretaría del Transporte.

Como catedrática reporta las peores evaluaciones por parte de sus alumnos. En el último curso fue reprobada con 4.6

Cansino señala que todos los documentos se presentaron al Conacyt y bastaría que el Programa Nacional de Posgrado de Calidad evaluara los 68 exámenes, aprobados en dos meses, para perder de por vida los registros académicos en la BUAP.

A Cansino lo obligaron a renunciar para tapar la porquería académica de la máxima casa de estudios.

Esparza desatinó al enviar una auditoria presupuestal a la Facultad de Derecho cuando el problema es académico.

Eso sí, el rector presume reconocimientos y premios que otorgan a una universidad sumergida en la peor crisis académica de su historia.

La auditoría del Conacyt exhibirá las miserias universitarias.

alportador

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