Lo que pasó en la izquierdosa delegación del DF fue un montaje, al estilo del gobierno de la República.
La aprehensión fue posible por el operativo de inteligencia que había hecho en primera instancia el gobierno de Rafael Moreno Valle, cuyas conclusiones entregó al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, donde se establecían que dentro de las propiedades de los Abarca se encontraba una residencia en Lomas de Angelópolis.
El monitoreo de la mencionada “Pareja Imperial“ se hizo mediante el programa Hunter, utilizado por la Procuraduría General de Justicia y la XXV zona militar, que permite la ubicación telefónica mediante un sistema de localización GPS; el objetivo fue detectado por una llamada realizada desde la casa en Lomas de Angelópolis.
Después de la noche del 22 de octubre, Moreno Valle confirmó que los Abarca tenían diversas propiedades en Puebla, cuya lista entregó personalmente al gobierno federal.
Tras la detención provino lo que se conoce: un montaje perfectamente coordinado entre las autoridades federales con fines políticos-electorales.
Para establecer un efecto distractor filtraron que los Abarca pudieron haber sido detenidos en Xalapa, Veracruz, versión negada por las autoridades y retirada de portales como Excélsior.
Así, doce días después, los Abarca, el ex alcalde de Iguala en traje sin corbata y su esposa bien vestida, aparecieron en Iztapalapa, principal bastión perredista en el Distrito Federal y que el gobierno necesita debilitar de cara al 2015.
Desde una semana antes de la detención “oficial“ y unos días después de la aprehensión real, la forma en la que habían sido asesinados los normalistas estaba documentada en la PGR.
Necesitaban cuadrar la historia para endosar la crisis al PRD, como una opción de poder ligada al narco.
Esta información que le presento en Al Portador proviene de una fuente de seguridad nacional.
Los priistas y peñistas que tanto criticaron los montajes en el sexenio de Felipe Calderón, ahora crean el suyo.
El gobierno de Puebla, ya experto en construir mentiras institucionales, simplemente fue comparsa del gobierno federal.
Está claro que la izquierda asusta a Los Pinos como opción para el 2018, cuya ruta electoral se marcará en 2015.
De ahí que ensuciar más de lo que ya está en el PRD y de paso salpicar a Andrés Manuel López Obrador se convirtió en una prioridad para Peña Nieto.