Y el nombre de la diputada federal del PAN, Marisa Ortiz Mantilla, anótelo en su agenda política para el 2015.
Y es que es la carta del morenovallismo para suceder a Rafael Micalco Méndez, en la dirigencia estatal del Partido Acción Nacional. Los operadores del gobernador en el blanquiazul en eso andan.
Es panista formada en las ligas juveniles del partido. Egresada de la Universidad de las Américas se mantuvo durante diversas facetas de su labor partidista con el aliento del pastor Francisco Fraile.
En 2007, como regidora de Puebla fue parte de la presión política panista hacia la alcaldesa Blanca Alcalá y con la llegada del morenovallismo se quedó al margen de las posiciones de gabinete.
Tampoco el entonces alcalde Eduardo Rivera la incorporó a su equipo. Fue hasta el 2012 que apareció en busca de la diputación que no vio con desagrado el mandatario, a pesar de que era panista.
Ella se llevó su distrito y desde su posición legislativa se fue ganando su propio espacio, pues demostró no ser yunquista ni pertenecer al grupo del alcalde Rivera, además de ser una panista leal.
Y es precisamente en el contexto de la crisis de Chalchihuapan, donde ella mantuvo su posición de defensa de la teoría del #GóberBala.
Debatió con sus homólogos priistas que pretendían el juicio político contra Moreno Valle, mientras Micalco y Néstor Gordillo callaban. Es más, Marisa Ortiz fue quien acompañó al senador Javier Lozano Alarcón, para defender a los policías víctimas de los pobladores de Chalchihuapan ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Su propuesta de entrar en lugar de Micalco obedece también a que en el PAN ya se prendieron los focos rojos del desplazamiento de panistas de la toma de decisiones del partido.
Sin embargo, existe un punto más: en el morenovallismo ya están hasta la madre de Rafael Micalco, a quien le venden la zanahoria de sumarse a Marisa a cambio de su respaldo al Senado en el 2018.
Al líder estatal lo acusan de tibio en la crisis de Chalchihuapan. El partido jamás se apostó por el mandatario, siempre esperó el dictamen de la CNDH para fijar postura, cuando ésta se dio lanzó críticas veladas a un régimen que no tolera ninguna voz discordante.
Los operadores de Moreno Valle en el PAN saben que cuentan con una ventaja sobre los panistas en general: redujeron a su mínima expresión a los yunquistas y han logrado afiliar con el visto bueno del CEN a más de 9 mil militantes, lo que les garantiza el control de cualquier elección.
Nada le gusta al gobernador que el líder del partido que él controla ande bloqueando las designaciones de candidatos a diputados federales para el 2015.
Y el entorno blanquiazul tampoco es favorable para Micalco, pues la defenestrada expresión de El Caimán en El Yunque está de vuelta.
El magistrado Roberto Grajales convenció a su jefe Moreno Valle para que postule como candidata a su cuñada Angélica Ramírez, hija de Antonio Ramírez Castellanos, quien operó La Organización con Ángel Alonso Díaz Caneja a finales de los 90s y después fue defenestrado.
Vienen por la revancha contra Micalco y todo lo que representa.