Saben qué dicen, qué hacen, con quién se reúnen y hasta cuáles son sus principales aficiones.
Por ejemplo, de uno se supo de su principal hobby por la colección de autos antigüos.
De otro, la compra de relojes y vinos caros.
Uno más: el pago de casas y departamentos al cash.
Aquel que se encuentra en malos pasos, en temas como la compra-venta de autopartes robadas en otro estado vecino.
O ellos que resolvieron mágicamente su crisis familiar, pues lograron jugosos contratos en servicios de gobierno que representan.
Los más que han lavado dinero en bienes raíces, restaurantes, cafeterías y consultorías.
O el prestanombres que maneja enervantes en antros y discotecas.
Y hasta las parrandas del dipsómano están documentadas.
Se sabe quiénes hablan de más, dicen cosas que seguramente se arrepentirán, pero ellos mismos se han encargado de soltar pistas en sus palabras y comportamientos que han permitido trazar dos líneas de investigación.
Una tiene que ver con la política, donde se supo que se mantienen intactas las relaciones entre el gobierno de Puebla y la maestra Elba Esther Gordillo. Las visitas del secretario general de Gobierno, Luis Maldonado, al penal donde está recluida la ex lideresa del SNTE son constantes y están documentadas.
No dude que pronto se sepan las aportaciones del gobierno de Puebla a la defensa de la maestra.
Al grupo en lo político se le considera fuerte y capaz de redefinirse en la grave crisis por la muerte del menor en Chalchihuapan.
En lo financiero, se ubica al secretario de Finanzas y Administración, Roberto Moya, como el hombre que opera los intereses económicos de los capitales Elek.
Hay listas de constructoras foráneas y poblanas que son usadas para triangular facturas, prestanombres y empresarios poblanos que ya falta poco para que aparezcan en la lista de Forbes.
Ellos espían, pero también son espiados.