Las indicaciones recibidas son las de desaparecer todo lo que se relacione con el IMPLAN sea bueno o no.
Hace unos días se llegó al extremo de despedir telefónicamente (nuevo estilo) a la directora del área de evaluación, quien había ocupado dicho cargo desde hace más de ocho años.
Gracias a ella, el Ayuntamiento obtuvo reconocimientos nacionales e internacionales por el avance en la evaluación y la calificación de los programas operativos anuales.
Sin embargo, la indicación fue despedirla e ingresar una nueva persona sin conocimiento, por ser del área de la Contraloría.
Otras direcciones siguen por el mismo camino: todos fuera, se desconoce quiénes ocuparán las áreas de planeación, proyectos, relaciones y vinculación; nada en los consejos ciudadanos.
Los famosos foros ciudadanos que iniciaron son como los de los romanos en la decadencia o debacle del imperio.
El área administrativa del IMPLAN se está también destartalando, el control operativo de quien realizaba la distribución de los recursos, fuera.
Todo es supervisado por el área de la presidencia, a cargo de Héctor Hernández, pues Fernando Graham carece ya de cualquier responsabilidad.
A él se le obliga a despedir personal y contratar a incondicionales del nuevo ayuntamiento sin que tengan la capacidad o experiencia. No saben ni qué significa IMPLAN, menos para qué carajo sirve.
Lo que llama la atención es que empiezan a arribar al Instituto Municipal de Planeación perfiles más cercanos a Blanca Alcalá que a Tony Gali.
Un espacio ciudadano se burocratizó.
Y todo rumbo a los primeros 100 días de desmantelamiento municipal.
