– Anoche le dije a mi mujer que en la casa yo era quien mandaba. Ella no estuvo de acuerdo, así que nos sentamos a hablar, y decidimos tomar las decisiones entre los dos-.
El segundo dice:
-Pues anoche le dije a mi mujer que en la casa yo era quien mandaba. Ella no estuvo de acuerdo, empezó a gritarme hasta que me cansé y le dije que hiciera lo que quisiera-.
El tercero se queda en silencio, hasta que los otros le preguntan:
-¿Y tú no tienes problemas con tu mujer?-
Con la mirada perdida les responde:
– Bueno, anoche le dije a mi mujer que en la casa yo era quien mandaba. Ella no estuvo de acuerdo, pero en media hora ya la tenía caminando a gatas por la casa-.
Los otros estaban asombrados:
-¿Y entonces qué pasó?-
-Bueno… entonces ella gritó: ¡Sal de debajo de la cama y pelea como un hombre!-