Y es que, como nunca antes, hemos visto en este inicio de administración la integración de los más diversos personajes, provenientes de diferentes grupos políticos y por lo mismo, con intereses y reivindicaciones particulares.
Esta sui géneris conformación es evidente desde los cargos de mayor importancia y jerarquía en el organigrama, hasta los mandos medios y direcciones de área.
El alcalde, en este contexto, tendrá que actuar como un eficiente y pragmático director de orquesta que intentará sacar lo mejor de cada uno para que al final, todos sumen a favor de su proyecto.
Cuatro de estos grupos pueden ser considerados como los de mayor importancia en la génesis del “tonygalicismo”.
En primer lugar: las posiciones del gobernador Moreno Valle.
Por número y por el peso específico real que tienen las carteras que ocupan, es el grupo dominante en el actual ayuntamiento.
Serán importantes en la coordinación entre niveles de gobierno, pero actuarán también como garantes de los intereses de Casa Puebla.
Su fidelidad está con el mandatario estatal, a quien se deben y si su actuar no es institucional, pueden romper los frágiles equilibrios internos y caer en rebeldía.
El segundo grupo visible lo conforman las posiciones de Fernando Manzanilla, coordinador de la campaña y supuesto defenestrado del morenovallismo.
A pesar de que se vende con insistencia la teoría de la ruptura, en los hechos, Manzanilla tiene todavía en sus manos los hilos de varios de los temas prioritarios en la agenda de Casa Puebla, entre ellos, todo lo referente al gobierno de Tony Gali.
Fernando es un personaje con influencia real en la administración municipal y sus posiciones son lo suficientemente flexibles como para jugar el juego que al final más le convenga a él y ¿por qué no? al propio gobernador.
Después vienen los “tonygalicistas” puros, los que se morirán en la raya por el alcalde y cuyo actuar privilegiará antes que nada a quien le deben su llegada al poder.
Su gran reto será dar resultados congruentes con las enormes expectativas generadas en torno a esta nueva administración y dar los primeros pasos hacia la conformación de un grupo político propio que le permita al alcalde pensar en un proyecto que trascienda los 4 años 8 meses de su mandato.
Es un grupo que deberá permanecer unido pase lo que pase y a cualquier precio, ya que su supervivencia va de por medio.
Por último están los panistas.
Son pocos, muy pocos y en su mayoría estarán asignados a mandos medios.
Fieles a su vocación estoica serán los sacrificados del gobierno municipal, sin embargo, tienen influencia y arraigo con la militancia y liderazgos del partido más importante de la coalición que llevó a Tony a ganar la elección.
Tener bien a los panistas será fundamental para el futuro y la supervivencia política de Gali y el resto de los morenovallistas que tiene proyecto propio a futuro.
Minimizarlos o vilipendiarlos sería un costoso error con consecuencias fatales en lo político.
