Rivera por lo visto se mantuvo, aunque lo adelantó diez días antes, ni duda cabe que Moreno Valle siempre gana algo.
Ayer, el alcalde Rivera, ante la ausencia del gobernador de Puebla, hizo su ceremonia en el Complejo Cultural Universitario, aunque en la víspera salió a calle, subió a los camiones, detuvo automovilistas en semáforos y tocó puertas para repartir trípticos de sus actividades.
Novedoso esquema de rendición de cuentas que pocos políticos se atreverían a realizar, incluyendo a Moreno Valle, sin montajes.
Es el único alcalde del que tenga memoria que concluye su gestión con el aprecio de sus gobernados.
No le mentaron la madre, ni gritaron corrupto, menos autoritario y tampoco le dieron un desaire.
¿Qué presidente municipal anterior a Rivera hizo lo mismo que él en la víspera de dejar el cargo?
A los anteriores no los bajaron de transas y los “chingan a su madre” fueron la constante.
A Eduardo Rivera, el panista, se le podrá criticar muchas cosas, endilgarle todo tipo de epítetos, pero de algo estoy seguro: fue un hombre decente y honesto.
Ningún aspaviento, siempre respetuoso de todos y con una mujer como Liliana que lo respaldó en todo y también aguantó desplantes, concluye un mandato no como el mejor alcalde de Puebla, pero sí como el más decente.
Y eso, en política, es oro puro.
Eso explica la campaña que le enderezaron las plumas del gobernador Moreno Valle.
Los portales de Marcelo García Almaguer, próximo vocero de Tony Gali Fayad.
Al final de la jornada, los gobernados de Rivera Pérez en su último año lo trataron como en el primero ya lo pusieron en la órbita de Casa Puebla, aunque su actual inquilino busque exhibir y exiliar.
