De repente, un auto que venía a toda prisa, manejado por un abogado, los atropella.
Uno de ellos atravesó el parabrisas y cayó dentro del coche del abogado y el otro voló bien lejos, a unos diez metros del lugar del accidente.
Tres meses después, ellos salieron del hospital y para sorpresa general, inmediatamente fueron a parar a la cárcel:
Uno por invasión de domicilio y el otro por huir del lugar del accidente.