El huésped VIP llega siempre discreto, privilegiando el bajo perfil y acompañado por tres individuos vestidos de civil que se mantienen con él durante su estancia en el hospital.
Siempre la misma lógica de operación; siempre el mismo cuarto.
La estrategia está pensada para evadir los siempre ambiguos y poco eficientes mecanismos de control que se aplican en los centros de reclusión poblanos para detectar irregularidades.
Cuando se acerca el tiempo en que la federación aplica las auditorías a los Ceresos locales y revisa con lupa su operación, Arango vuelve tranquilo a San Miguel a “cumplir” con su condena.
Sobra decir que un personaje importante en el diseño e implementación del “operativo Arango” es el director del penal, Juan Roberto Montes Romero, conocido por el ser el creador de un sofisticado y a la vez muy lucrativo esquema de venta de privilegios y tolerancia de irregularidades al interior de la cárcel poblana.
Ahora bien, ¿lo sabrá la directora de Ceresos, Lilia Verónica Cruz León?
¿Será también su cómplice?
La pregunta es pertinente, porque al interior del sistema penitenciario local se han vuelto ya famosos los desencuentros entre estos personajes.
Para nadie es un secreto que Cruz de León ha emprendido —desde su llegada al cargo en abril pasado—, una auténtica cruzada en contra de Montes Romero y la forma en la cual maneja el penal de San Miguel.
Todavía no queda claro si la razón del desencuentro es la pugna por limpiar la vida interna de la cárcel o la disputa por el control de un negocio que deja millones de pesos mensuales.
Lilia Verónica Cruz León es una posición del gobierno federal, ya que se trata de alguien muy cercano al Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam.
Sin duda, resultaría muy ingenuo pensar que un asunto de la importancia que tiene el caso Arango sea manejado discrecionalmente por el director del Cereso, sin el conocimiento de personajes de lo más alto del poder político local.
Si el que esto escribe conoce lo anterior: ¿qué no sabrán los miembros de la siempre eficiente inteligencia gubernamental poblana?
Si partimos del hecho de que la actual administración destina una cantidad impresionante de recursos humanos y financieros en hacerse de información “delicada” que involucra a aliados y a enemigos, conocer el misterioso caso del cuarto 424 del Hospital Puebla y su distinguido huésped, resulta elemental.
Sobra decir que lo anterior, jamás será reconocido en el discurso oficial.
Faltaba más.
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