En medio de su homilía, empieza a temblar, por lo que el padrecito grita:
-¡Ave María…!-
Y los feligreses, a coro, comienzan a orar:
-Dios te salve María… –
Entonces comienza a temblar un poco más fuerte y el sacerdote grita:
-¡Padre Nuestro…!-
Y los feligreses comienzan a rezar:
-¡Padre nuestro que estás en el cielo…!-
En eso, el curita alza la vista y ve que unas vigas se empiezan a caer, por lo que grita espantado:
-¡Las tablas!…. ¡las tablas…!-
Y los feligreses, gritando, comienzan a contar:
-¡Dos por una dos!… ¡Dos por dos cuatro!… ¡Dos por tres seis!…. –