“Si quieres que me vaya de la mesa, me vas a tener que quitar a madrazos”.
De esta forma el maestro dio cátedra de educación y civilidad cuando le indicaron que esa no era su mesa asignada.
En el evento donde el músculo magisterial cobijó a los candidatos de Puebla Unida, las casas de las secciones 23 y 51 se concentraron en el recinto de las viejas celebraciones priistas, el salón Country.
Donde caben 10 mil mitoteros, la cifra fue rebasada.
Como también fue rebasado por la emoción Gerardo Islas, líder de Nueva Alianza.
La voz clara de Islas le alcanzó para medio discurso, de cómo es que se suman a Puebla Unida, de cómo apoyan a Gali.Y la voz se apagó.
Entre decenas de meseros, miles de mesas, kilos de chilaquiles rojos y carne asada, se repartieron sombrillas, banderas y playeras; o al menos esa fue la intención.
“Hay que ver que repartan las playeras, que no se las lleven”, dijo la anciana del bastón acusando que los encargados de suministrarlas se quedaban con el paquete casi completo.
Frente a los candidatos a diputados en la capital, Gali Fayad recibió el calor de los docentes y subió la temperatura cuando se comprometió a defender sus derechos.
El bochorno era tal que el aspirante fallido a síndico, Guillermo Nares, escurría en sudor y pidió con desesperación una botella de agua, que llegó a sus manos tarde y tibia.
A la hora y media de porras y compromisos, las mesas quedaron salpicadas de trozos de pan, manchados los manteles de jugo de naranja amargo;y el maestro rijoso desapareció entre la muchedumbre, listo para otra semana de clases.
II
“Un voto por el compadre es un voto por el regreso de Marín a Puebla y no vamos a permitir eso”.
Advirtió desde la tribuna de Puebla Unidael secretario general del Frente Juvenil Revolucionario, Waldo Guerrero.
El evento, decía la invitación, se trataba de la adhesión de sectores priistas al proyecto de Antonio Gali, pero el discurso parecía más de despecho.
“Van a perder por darle la espalda al partido”.
Entre meseros, cientos de mesas, kilos de espagueti y decenas de colonos y grupos de choque del tricolor, se repartieron pulseras, relojes y promesas; o al menos esa fue la intención.
“No venimos con miedo, sino con coraje, somos hombres de huevos”, espetaron, al advertir que aunque están en apoyo a Puebla Unida, “su corazón es tricolor”.
Y así, el corazón y las prácticas del viejo PRI, las mismas que Antonio Gali repudia en sus discursos, tiñeron su evento con porras, arengas, poses y bravuconadas.
El Gallo, sempiterno aliado de Nares en la facultad de Derecho de la BUAP, se paseaba en los pasillos alentando a su gente.
Uno de los porros se abría paso entre la gente a empujones, hasta que fue increpado por un reportero, a quien un aliado del primero le arrebató la grabadora entre amenazas.
Un colega llegó a su rescate.
“Se necesita eso (huevos) para hacer lo que hicieron”, con micrófono en mano respaldó momentos antes el candidato a la alcaldía el éxodo convenenciero del priismo.
“La ‘U’ es vuelta al pasado, un pasado que nos avergüenza”, ratificó.