– Recepción, buenas tardes, ¿En que lo podemos servir?
-¡Pronto, tengo un problema. Estamos en el piso 39 y mi mujer se quiere suicidar tirándose por la ventana!-.
– No se preocupe, señor, las ventanas no se pueden abrir, están bloqueadas las cerraduras…-.
-¡Ese es el problema, carajo, mándeme un cerrajero….!-