Cual brisa húmeda que antecede a la tormenta, el ambiente entero está permeándose del tan vislumbrado torrente preelectoral, mismo que no tarda en convertirse, gradualmente, en un abrumador huracán de falacias marrulleras y publicidad proselitista, por parte de todos los partidos y todos los suspirantes a los cargos que están disponibles.
Durante estos días que he intentado, sin éxito, desintoxicarme de todo esto, el aire ha comenzado impregnarse nuevamente de ese fétido aroma que cada elección emana con antelación, saboteando mi inocente propósito.
Hoy más que nunca, la desfachatez y el descaro son más públicos y transparentes que el trabajo y el manejo de nuestras finanzas por parte de nuestros “representantes”. Al unísono, en los albores de las candidaturas, han surgido las figuras “ciudadanas”, los intereses civiles, las protestas en pro de los ciudadanos, el “interés genuino” por cambiar las cosas que están mal, así como un sinfín de asociaciones, movimientos, programas y cuanto proyecto social imaginable con el simple propósito de tener tanto una excusa como una plataforma desde la cual se pudiera hacer campaña, pasándose por el arco del triunfo al IEE.
Pero llegando a los entronques finales para amarrar las candidaturas,la careta de “ciudadano” va pa fuera (ya la ocuparán nuevamente en campaña) y todos se adaptan y negocian con la misma estructura, bajo los mismos términos, que ha regido siempre anuestro poluto sistema político.
Y es que entre funcionarios señalados por el dedo divino, diputados “chapulines”, campañas proselitistas disfrazas de “entrevistas”, políticos con piel pirata de ciudadano, partidos políticos carentes de ideologías que se asocian por intereses netamente políticos y económicos, hordas de paleros, proyectos empresariales encubiertos como “proyectos ciudadanos”, entre todo esto y todos ellos, nos están condimentando el mismo platillo gourmet que nos preparan en cada elección, cual expertos chefs de la materia… Un plato copeteado de pura Mierda.
Tal pareciera que nos consideran moscas, aunque lo peor es que probablemente algunos lo sean, pues siempre preparan lo mismo y muchos terminan engulléndosela completita y hasta postre piden.
La pregunta que queda en este momento para cerrar esta retahíla electoral es: ¿Tú te la vas a comer otra vez?
José María Pumarino: Escritor, caricaturistas y empresario. Ceo/SeniorPartner de Bushido.mx