Aunque la población migrante constituye el principal grupo económico en términos de ingresos vía divisas tanto en países expulsores como receptores, no existen acciones gubernamentales eficaces que garanticen el respeto a sus derechos humanos y el acceso a servicios de salud de calidad, explicó Axela Romero durante la presentación de “La agenda de las mujeres en la migración”.
Integrante de la asociación civil Salud Integral para la Mujer (SIPAM), Axela Romero destacó que las mujeres, principalmente aquellas que se encuentran en situación de migración, son más vulnerables a la infección por VIH, pues “están en riesgo inminente a ser víctimas de trata y a sufrir violencia sexual”.
Añadió que los roles tradicionalmente asignados a las mujeres como la feminidad tradicional generan dependencia económica, restringen el acceso a la educación e información sexual e impiden las decisiones libres sobre su propio cuerpo, aunado a que las vuelve más vulnerables ante el riesgo de adquirir el virus.
Aunque se sabe que la mitad de la población migrante son mujeres, no existen más datos sobre su estado de salud y cuántas de ellas viven con VIH, pues “el Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/sida no incorpora la cuestión de migrantes en sus estadísticas epidemiológicas”, dijo Romero.
Sin embargo, agregó, es posible hablar de proyecciones que indican que la migración es un factor importante para el incremento de casos de mujeres con VIH en México y que, dentro de cinco años, “vamos a ver un incremento real de la infección por el virus en las poblaciones migrantes”, pues será entonces cuando los síntomas empiecen a verse con mayor claridad.
Romero resaltó la importancia de señalar que por cada persona que se registra con VIH, hay por lo menos nueve que no saben que se encuentran infectadas. Ello debido a que por desconocimiento, no se han acercado al diagnóstico, porque falta de acceso a las pruebas y porque aún no presentan síntomas
La política migratoria, apuntó, se caracteriza por ser una política de control “preocupada más en visibilizar la migración como un delito y en contener a los migrantes, que en dar entrada a las medidas necesarias para dar una respuesta efectiva”, las cuales radican en acciones integrales y de protección de los derechos humanos.
Los proyectos a realizar por SIPAM se enfocarán en la detección oportuna de VIH en mujeres, y para hacerlos “no hay mejor lugar que las cárceles”, pues son las parejas de los policías, miembros del ejército, migrantes y presos el sector más vulnerable ante la infección por VIH.
Por otra parte, la directora del Instituto para las Mujeres en la Migración AC (IMUMI), Gretchen Kuhner, destacó que “son las mujeres quienes hacen posible la migración de los hombres, pues son éstas quienes se erigen durante la ausencia del hombre como la jefa y sostén de la familia, generadora de ingresos, administradora del patrimonio familiar, educadora de los hijos, encargada de la salud de la familia, del trabajo, de la tierra y de los animales”.
Destacó que existe una pariedad porcentual entre hombres y mujeres que migran hacia Estados Unidos, con la diferencia de que las mujeres son más susceptibles a la violencia sexual, extorsión, tráfico de personas y secuestro.
Kuhner destacó el caso de Chiapas, lugar que, por ser transfronterizo, alberga a migrantes de paso e inmigrantes irregulares, de los cuales 55.2 por ciento son mujeres que, principalmente, laboran en la informalidad como empleadas domésticas y trabajadoras sexuales.
Al respecto, Alexa Romero dijo que son justamente estos las trabajadoras de la industria del sexo y entretenimiento y mujeres en tránsito las más vulnerables ante la violencia sexual, pues “así se negocian la protección u otros favores”.
