La limpia y de ella sale un genio diciéndole que está muy agradecido por haberlo liberado y que por consiguiente le concederá un deseo.
El tipo le pregunta:
– ¿Lo que yo quiera? –
El genio le contesta que sí y le dice:
– Lo que para mí es un segundo, para ti es una eternidad y lo que para mí es un centavo para ti es un billón de dólares.
Entonces el tipo dice:
– Dame un centavo.
Y el genio contesta:
– Si cómo no, espérate un segundo-.