22-11-2024 07:01:36 PM

Otra cara de la renuncia papal

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Luego de que el Papa Benedicto XVI diera a conocer su renuncia como líder de la Iglesia Católica Romana, las reacciones no se han hecho esperar, entre ellas las de expertos y activistas de la sociedad civil quienes dan a conocer su opinión al respecto.

A un lado el narcisismo

Roberto Blancarte, especialista en temas de religión e Iglesia católica, señala en su artículo “La decisión de Benedicto XVI”, publicado en el periódico Milenio, que este acontecimiento abre la puerta a muchos otros posibles cambios en la forma de gobernar la Iglesia católica.

Para el investigador de El Colegio de México, la decisión de Joseph Ratzinger pone en la mesa un precedente que rompe la estructura mental establecida, mediante la cual los papas no podían renunciar; por tal motivo considera que esto tendrá seguramente consecuencias y repercusiones “hoy todavía incalculables” en la historia de la Iglesia.

statushoy29Blancarte reconoce que desde una perspectiva institucional, se trata de una decisión digna de admiración, “pues no cualquiera hace a un lado el narcisismo de pensar que el mundo o Dios lo requieren hasta el último aliento. Benedicto XVI entendió que un papa viejo, enfermo o con sus capacidades limitadas, no le sirve a la Iglesia”.

Oportunidad para salir de crisis

Bernardo Barranco, sociólogo experto en el tema de laicidad, expone en el artículo “La abdicación de Benedicto XVI”, publicado ayer en el periódico La Jornada, que además del peso de la edad y una salud cada vez más frágil, fue la crisis actual de la Iglesia católica la que llevó al papa a presentar su renuncia.

La caída dramática de católicos en el mundo, los escándalos por pederastia clerical y las fugas de documentos secretos del papa -fenómeno conocido como Vatileaks- son algunos de los hechos que, de acuerdo con Barranco, motivaron al papa a dejar una Iglesia “sacudida y vulnerable”.

Para el experto, la crisis de la Iglesia católica se debe, entre otras cosas, a la estructura rígida que ha mantenido en sus principios y doctrina.

“No ha querido otorgar ninguna apertura ante la sensibilidad de la cultura moderna. Más bien se ha encerrado y es poco accesible a las demandas de mayores espacios a las mujeres, ser más benevolente ante los homosexuales, más compasiva ante las nuevas formas de pareja y más abierta a las prácticas de la sexualidad. Sobre todo las mujeres sienten en el catolicismo una amenaza para su cuerpo y su libertad”, escribe Barranco.

Por tal motivo, el sociólogo reconoció que la abdicación de Benedicto XVI es una oportunidad para que la Iglesia asuma sus nuevos desafíos, y sea más sensible y humilde ante los requerimientos de lograr una nueva síntesis cultural del catolicismo con las exigencias de las sociedades contemporáneas.

Por un catolicismo social

Josué Rafael Tinoco Amador, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), indicó en comunicado de prensa que la noticia de la renuncia de Joseph Ratzinger plantea más dudas e interrogantes que certezas, pues no existe claridad en el término que debe usarse para esta situación y tampoco se sabe el estatus en el que quedará el pontífice; en ese sentido, “podemos calificar la situación como confusa y negativa”.

Sobre el legado de Benedicto XVI, Tinoco Amador comentó que fue teológico y alejado de lo social, por lo que la estrategia del nuevo papa deberá atender las necesidades de sus fieles, que abandonan las filas de la Iglesia porque su jerarquía no quiere tocar temas sociales.

Para el también integrante del Departamento de Sociología de la Unidad Iztapalapa de la UAM, los retos evangelizadores “deben dirigirse al feligrés que quiere seguir creyendo en el catolicismo, pero que puede ser homosexual, puede abortar o puede tener relaciones prematrimoniales, porque este es el tipo de católico hoy en día, uno que quiere ser escuchado y atendido, no condenado”.

Otra manera de ser Iglesia

Por su parte, la organización Católicas por el Derecho a Decidir, a través de un boletín informativo, calificó la decisión de Benedicto XVI como “un acto de humildad y tomado en conciencia”.

De acuerdo con la organización, es urgente que el Vaticano deje la simulación de ser un Estado y una religión, y se avoque a su labor pastoral y a la defensa de los derechos humanos de las personas.

“En Católicas por el Derecho a Decidir consideramos que existe otra manera de ser Iglesia, tomando en cuenta el sentir de la feligresía e inspirada en el mensaje de Jesús y en el Evangelio. Por ello, esperamos que estos cambios permitan una reestructuración profunda de la Iglesia que responda al reclamo de millones de católicas y católicos que aspiran a otra manera de ser Iglesia”.

Rescatar a los hombres del desierto

Sin embargo, monseñor Eugenio Andrés Lira Ruigarcía, secretario general de la Confederación del Episcopado Mexicano, subrayó la necesidad de que el nuevo Papa continúe con la defensa de valores como la familia nuclear y el derecho a la vida.

De esta manera, el también obispo auxiliar de Puebla, añadió que “la Iglesia ha de ponerse en camino con Cristo para rescatar a los hombres del desierto y conducirlos al lugar de la vida, hacia la amistad con el hijo de Dios, hacia aquél que nos da la vida y nos la da en plenitud”.

Lira Ruigarcía consideró que debe haber continuidad en la defensa de estos preceptos pues “todo Papa esta puesto simplemente para confirmarnos en la fe y para conducirnos al encuentro con Cristo”, concluyó.

Retos de la Iglesia frente a la realidad actual

En tanto, el Observatorio Eclesial, espacio de reflexión y análisis, llamó a no olvidar quién es Benedicto XVI y cuál fue el saldo de su papado. Mediante un comunicado, recuerda que como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe “combatió acérrimamente” la teología de la liberación y atacó a los obispos “que caminaron al lado de los pobres”.

Menciona el encubrimiento que hizo sobre los casos de pederastia en la Iglesia. Hecho que permitió la reproducción exponencial de “este cáncer eclesiástico” que afectó la vida y dignidad de miles de niñas y niños abusados por sacerdotes.

“Siguiendo la estrategia de su predecesor, se ocupó de conformar episcopados nacionales conservadores, con obispos que, como en México, velan más por los intereses de las grandes personalidades políticas y económicas del país, que por el bien de su feligresía y del pueblo en general. En este sentido, se desentendió de la sangre de miles de mártires que ayer murieron por su fe a manos de gobiernos dictatoriales y hoy lo siguen haciendo a manos de un sistema económico neoliberal injusto y excluyente”.

El organismo apuntó que entre los retos de la institución religiosa se encuentran terminar con el encubrimiento de abuso sexual en su interior, reconocer a hombres y mujeres como iguales en dignidad, reconocer la autonomía de las iglesias para organizarse, así como a elegir a sus pastores y adaptar su praxis a las circunstancias concretas que viven.

Reformar el celibato obligatorio y hacerlo opcional, además de abrir el debate sobre el sacerdocio de las mujeres, aunado a que asuma el compromiso de ser una Iglesia pobre “como intuyó el Concilio Vaticano II despojándose del poder que no le permite acompañar a los pueblos en sus luchas de justicia y dignidad; que sea una iglesia cada vez más profética que denuncie las muchas injusticias que se viven en el mundo y deje de ser cómplice de ellas”, son otros retos mencionados por el Observatorio Eclesial.

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