Señor Presidente Enrique Peña Nieto, quiero de manera muy personal, anexarme al sentimiento que nos embarga y une hoy a todos los mexicanos por la tragedia ocurrida este 31 de enero en las instalaciones administrativas de PEMEX, decirle a usted, que es una pena que difícilmente se borrara del colectivo nacional como muchas más que han ocurrido en nuestro país y sobre de todo, difícilmente se borrara de la mente de nuestros hermanos mexicanos que viven en nuestra querida ciudad Capital de México Distrito Federal.
También quiero aprovechar esta oportunidad para comentarle a usted, que seguimos como millones de compatriotas dentro y fuera del país, paso a paso, todos y cada uno de los detalles que por diferentes medios estaban dándose a conocer en nuestra nación y en el mundo entero, ya sea por la televisión, radio o las redes sociales que tan de moda están y que la cibernética nos ha puesto en nuestras manos.
Decirle, Señor Presidente; que yo como muchos, pudimos darnos cuenta del gran desorden que impero en esa desgracia y que por mucho rebaso a los protocolos de la paraestatal, que seguramente existen pero hay que tenerlos al día, fuera del cajón y utilizarlos, comentarle como era evidente, que ni los cuerpos de auxilio voluntarios ni los oficiales, parecían dar pie con bola con lo pasaba y que en un primer periodo de crisis “la negación”, parecía que no queríamos ver o mejor dicho nadie de los mexicanos queríamos creer.
Sin embargo sucedió y no es en lo que compete a la respuesta técnica a lo que me quiero referir, que de esto ya mucho se ha comentado y seguramente más se comentara y se escribirá en lo futuro y por plumas mucho más experimentadas que la mía.
Lo que quisiera comentarle a usted en corto y de manera breve, es que en lo personal, me dio una gran desesperación y tristeza, el ver que en los altos niveles de mando, lejos de presentar una respuesta coherente y ordenada, pero sobre todo cuidadosa de lo que estaba aconteciendo (que en ese momento, bien a bien, no se tenía certeza, y no sé si se tenga en este momento), se ofrecía más bien una reacción, en donde a leguas se podía sentir, que los encargados de asesorar la seguridad no solo de PEMEX sino de la tranquilidad nacional y su responsables, estaba muy lejos de dejarse ver.
Y le comento esto Respetado Presidente Peña Nieto, por la sencilla razón que como usted lo puede ver y saber seguramente en este momento, desde que se enteraron de los trágicos acontecimientos, todo mundo, el que tenía que estar y el que no, acudieron “en Bola”, seguramente a tratar de ayudar y de dar su mejor apoyo, pero que sin darse cuenta, la mayoría de los encargados de la Seguridad de nuestro País, estaban juntos en un mismo lugar y aunque parezca tonto comentarlo, “al mismo tiempo”.
Y para acabarla de amolar lo traen a usted Señor Presidente, a una Zona que si no sabían exactamente lo que estaba ocurriendo, lo que si deberían haber sabido es que de ninguna manera era seguro que usted estuviera en ese punto, al menos (pienso yo), no debería haber estado usted al mismo tiempo en los mismos lugares que los personajes citados, pues seguramente ni siquiera sabían si los acontecimientos habían llegado a su fin.
¿Qué hubiese sucedido, si como muchos comentan, esto fuera un atentado, hubiese pasado igual que en España en 2007, donde hubo dos explosiones a destiempo, o como en el norte de nuestro país el sexenio pasado, que tras una maniobra de atracción, con un primer delito congregan a otros policías y detonan un artefacto explosivo con efectos mortales ya conocidos.
Que pasaría señor, si esta, hubiera sido una de esas formas cobardes y arteras de actuar, que pasaría con el país, porque los muertos, al fin y al cabo con dolor o con pesares, pues ya se murieron y muertos están, pero que pasa con la responsabilidad ante millones de mexicanos que habiendo votado por usted o no, sabemos que usted es el que dirige el destino de nuestra nación?.
No señor, esto no es cosa de populismo o de fotografías, esto es cosa de responsabilidad nacional desde mi punto de vista, usted Señor Presidente, ya no es más: Enrique Peña Nieto, abogado y exgobernador del Estado de México, es usted precisamente, el Presidente de una Nación fuerte, pujante, lastimada si y tal vez hasta herida por todo lo que hemos pasado, pero no herida de muerte, una nación de lucha, de historia, de logros y de esperanzas y sobre todo, una nación que con toda ansia espera que nuestro líder máximo, este ahí en todo momento y en todo lugar pero con los cuidados y responsabilidad que ameritan el caso.
Ya nos es usted solamente un ciudadano más, es usted el “Ciudadano Presidente de los Estados Unidos Mexicanos Enrique Peña Nieto” y lo necesitamos de cuerpo entero, con la mente fría y la cabeza en alto para dirigir sus responsabilidades, yo no sé quien tenga la responsabilidad o la haya tenido en ese momento, si como acertadamente lo dijo el Licenciado Osorio Chong al declarar que estaban al frente los elementos de Pemex, lo que se me hace adecuado si los responsables hubieran estado a la altura de los acontecimientos y hubieran sabido que hacer, o si como al final y como siempre, nuestra fuerzas armadas una vez más sacan la casta de los soldados y marinos mexicanos para estar en todas y cada una de las cosas que necesitamos, para apoyar a México cuando más los necesita y algo nos duele.
¿Qué hubiera pasado si de repente hubiese sido, como ya lo dije antes, una cobarde trampa y de un plumazo o de una acción nos borran a los responsables de nuestra tranquilidad y en ellos Señor Presidente por supuesto está incluido usted?.
No Señor Presidente, usted fue electo por la mayoría de quienes votaron, usted debe ser apoyado y respetado por los que ahora somos gobernados, porque de eso trata la democracia, de ejercer nuestros derechos pero de respetar y cumplir con nuestras responsabilidades y una de ellas o tal vez la principal es respetar la voluntad de la mayoría, pero es importante que cheque sus puntos flacos Señor Presidente, tiene gente con experiencia, con responsabilidad probada tiene un Ejército y Marina que aman y siempre han amados a la nación, que sin el oropel de los falsos honores ni la necesidad del brillo de los reflectores, han estado, están y estarán siempre con nosotros, tenemos todos un país con historia, con coraje y con rumbo.
No perdamos la brújula por descuidos de irresponsables, reagrupemos fuerzas y como uno, pero “no siempre tan juntos” demos la cara para resolver nuestros conflictos, corregir nuestros errores y disfrutar nuestros aciertos se lo debe usted a los mexicanos, se lo debo yo a mis hijos y se lo debemos todos a nuestro AMADO MEXICO
¿O no?
Juzgue Usted
