Se ve así misma caminando por el famoso túnel y al final está Dios esperándola.
Al verlo Emily le dice:
-Dios mío, te agradezco la vida que me diste, a pesar de que muero a los 62, no tengo de que quejarme-.
Dios le contesta:
-Emily, aún te quedan 40 años de vida, disfrútalos-.
Al oír esto Emily despierta en su cuarto de hospital.
Allí decide que si va a vivir 40 años más, pues se los disfrutará.
Se hace una cirugía plástica, se pone implantes de silicona, se hace liposucción, en fin queda como una joven de 20. Al fin es dada de alta del hospital y al salir, viene una ambulancia y la mata.
Llega Emily de nuevo frente a Dios y le dice:
-Señor, me dijiste que viviría 40 años más-.
A lo que Dios le contestó:
-Ay, perdóname Emily, fue que no te reconocí-.