Un muy mal sabor de boca se llevó el candidato presidencial de la coalición Compromiso por México, Enrique Peña Nieto, al reanudar sus actividades proselitistas por la entidad poblana por el fracaso de la logística y la seguridad de los eventos.
Tanto en Izúcar de Matamoros como en Tepeaca integrantes del movimiento #YoSoy132 hicieron presencia para repudiar sus nexos con Carlos Salinas de Gortari, el abuso de poder en Atenco y su propuesta política según los mensajes de las pancartas que abundaron.
Pasadas las diez de la mañana Peña Nieto arribó a la unidad deportiva de Izúcar de Matamoros, que apenas estaba llena a un tercio de su capacidad. Ahí el candidato pidió cerrar filas en la recta final de la campaña y no caer en provocaciones.
“He venido convocando para que en este momento ya de recta final de esta campaña, cerremos filas en torno a este proyecto. Que no caigamos en las provocaciones que pueda haber de aquí al día de la elección, sin duda va a arreciar la guerra sucia y la efervescencia política. Es normal y es natural dentro de nuestra democracia, pero nosotros nos mantenemos firmes, en la serenidad y en la calma, en el respeto a todas las otras expresiones, porque estamos conscientes y estamos seguros que la propuesta que estamos haciendo de mejorar las condiciones de los mexicanos, tendrá el respaldo y el apoyo mayoritario de la sociedad mexicana”.
En esa región de la mixteca poblana el candidato se comprometió, ante notario público, a apoyar a los productores cañeros con la tecnificación del riego de 15 mil hectáreas así como a construir el libramiento de la carretera La Galarza-Amatitlanes, que conecte con la carretera de Cuautla, Morelos.
Más tarde se trasladó a Tepeaca, donde según los reportes de la prensa nacional, un grupo de por lo menos 30 personas agredió con palos y piedras el convoy en el que se transportaba Peña Nieto.
Al descender del helicóptero en el que viajaba, el mexiquense abordó una camioneta que lo llevaría a una entrevista con un medio local y de ahí a la plaza central de Tepeaca, donde lo esperaban miles de personas de diferentes municipios de esta región de Puebla.
De acuerdo con sus propios colaboradores, tras un trayecto de 10 minutos, los manifestantes salieron al paso del convoy que tuvo que detenerse, y con palos y piedras golpearon las camionetas en las que se transportaba la comitiva; en una de ellas viajaba Peña Nieto.
Después de unos minutos el convoy siguió su camino por una ruta alterna para evitar la agresión.
A la salida del evento también un amplio contingente, aparentemente simpatizantes del movimiento #YoSoy132, levantaron cartulinas en rechazo al priísta, pero entre jaloneos y manotazos se replegó la protesta.
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