-Bueno, ¿Y tu Pedrito por qué llegas tarde?-
-¡Ay maestra!, es que venía en mi caballo y que se sienta y ya no se quiso parar.-
-Bien, ¿Y tu Pepito por qué llegas tarde? ¡Tú no tienes caballo!-
-¡Ay maestra!, pues con tanto caballo sentado no podía pasar.-