El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) prevé que para el 2020, uno de cada cuatro mexicanos será mayor de 65 años, resultado del aumento de la esperanza de vida tanto en el país como en otras partes del mundo.
Sin embargo a partir de los 60 años y en muchos casos con menor edad, se pierden oportunidades de trabajo, actividad social y surgen padecimientos propios de la edad, entre otros factores, que provocan que los abuelos se sientan postergados y excluidos.
Lo anterior, deja ver la necesidad de que acciones en materia de salud y atención sean encaminadas a proponer estrategias para la atención integral del adulto mayor y contribuyan a su plena realización.
La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, en cumplimiento de su compromiso social, realiza acciones encaminadas a este fin, como jornadas de salud, programas académicos especiales y espacios destinados a su atención y recreación, pero además abre sus escuelas y facultades para que, sin importar la edad, todas las personas puedan acceder a una educación de calidad.
Nunca es tarde para comenzar
Salomé Sánchez Sánchez, es un claro ejemplo de ello: ama de casa, madre de tres hijas y abuela de una niña de tres años, a los 48 años inició sus estudios de licenciatura en Enfermería y posteriormente la maestría en Ciencias de la Enfermería, ambas en la BUAP con todo el apoyo de su unidad académica y autoridades de la Universidad.
“Realicé mis estudios gracias a la maestra María del Carmen Reyes, quien fue mi tutora y confió en mí sin conocerme, sin ella no hubiera podido alcanzar todo lo que he hecho; de igual manera la Dirección de Administración Escolar también me apoyó y obtuve una beca”, comentó.
Al concluir su licenciatura, presentó el examen CENEVAL en el que obtuvo calificación sobresaliente, además tuvo la oportunidad de exponer su trabajo de tesis “Proceso de evaluación en el adulto mayor con fractura” en un congreso internacional en Málaga, España en 2009, foro en el que impartió un taller sobre el proceso de enfermería y su aplicación.
En la maestría en Ciencias de la Enfermería, la joven abuela desarrolló un trabajo acerca del “Cuidado en Enfermería” que publicó y presentó en Colombia y desarrolló su tesis “Funcionamiento familiar y salud sexual y reproductiva de los adolescentes preuniversitarios” en dos preparatorias de la Universidad.
Es de destacar que cursó ambos grados con al apoyo de becas institucionales y del CONACYT, además obtuvo el Cum Laude en la licenciatura y el Ad Honorem en la maestría, las dos máximas distinciones que otorga la Facultad de Enfermería a sus mejores estudiantes.
A pesar de haber sido una destacada estudiante, no ha podido laborar en alguna institución de salud, debido a que el destino la ha llevado a aplicar sus conocimientos y experiencia con su propia hija y madre de su primera nieta, Betsave de 28 años, a quien le detectaron cáncer de colon.
“Hace un año le detectaron cáncer de colon a mi hija, entonces me dije que quería pasar todo el tiempo con ella y con mi nieta, pues no había ni dinero ni trabajo, que supliera los días o meses que pudiera estar con ella y que la iba a apoyar al 100 por ciento hasta donde Dios nos lo permitiera”.
El lamentable hecho de que su primogénita haya enfrentado diversos tratamientos y recientemente fuera desahuciada, ha sido causa de que durante los últimos meses Salomé haya convivido con gente que padece cáncer, experiencia que quiere plasmar en un libro.
Una abue en busca de su realización profesional y personal
A sus 54 años, con tres hijas, quienes estudiaron Medicina también en la Máxima Casa de Estudios de Puebla, y una nieta, la entusiasta Maestra en Ciencias de la Enfermería, manifiesta su amor por el estudio, deseos de superación y por su puesto la felicidad que le representa tener un nieto:
“Ser abuela es una etapa maravillosa; pensaba que los hijos eran lo máximo, pero el trabajo, la escuela, tantos roles, lo hacían diferente, con la nieta es totalmente distinto, siento que hay tiempo de disfrutarla, se goza más”
Los abuelos, dijo, deben sentirse orgullosos de tener estos pequeños seres que los llenan de alegría y que el tiempo es tan justo que todo llega en su momento.
De esta manera la abuelita confía en que las circunstancias le permitan estudiar en el corto plazo un doctorado en el extranjero así como desarrollarse profesionalmente, con lo que demuestra que ni la adversidad ni mucho menos la edad representan un impedimento para alcanzar la plenitud y la realización personal.
