Estás durmiendo, bocabajo.
Estás desnuda, yo a tu lado, te miro, mmm qué espalda.
No puedo evitar hacerte cosquillitas, con la yema de mis dedos recorriéndola, no puedo evitar besarla, mmm recorriéndola con mi lengua.
Dándote bocaditos con mis labios por la nuca y de nuevo por la espalda.
Mordisquitos en tu culo, tus muslos… Estás medio dormida, sin reacción y, aun así, separas tus piernas y me dejas tu sexo ante mí y sientes como mi lengua recorre tus nalgas hasta recorrer todo tu coño.
Lamerlo, con mi lengua recorrer tu clítoris, jugando con él, apretándolo con mi lengua con movimientos circulares.
Estás excitada, húmeda, tienes una respiración fuerte, entrecortada.
Empiezas a moverte, movimientos de cadera, lentos, largos pero rítmicos, siento tu excitación, tus fluidos en mi boca y mi lengua te penetra, me gusta follarte con mi lengua, sigues con tus movimientos, ésta vez más rápidos, el ritmo aumenta.
Tu respiración es cada vez más fuerte, algún gemido, entonces me pongo a tu lado, y te susurro:
¿Quieres que te penetre?
Tú me contestas que deseas que te folle, con voz entrecortada me dices: ¡fóllame!, entonces te tiendes de costado, estoy detrás de ti, estiras una pierna hacia atrás enroscándola en mi cintura.
Entonces mi pene entra suave, te susurro, me encanta que estés así de excitada, de mojada, mi pene duro te está penetrando, movimientos lentos.
En tu interior me muevo circularmente, contoneando mi cadera para que sientas cómo mi pene recorre todo el interior de tu coño.
Mis manos buscan tus pechos, acariciándolos con fuerza, con intensidad. Mi otra mano busca tu coño, acariciando tu clítoris, mis movimientos son cada vez más rápidos, tú me sigues, quieres más, mi boca busca tu cuello, me encanta, giras tu cabeza y nos fundimos en un beso, largo, húmedo, caliente, mientras nuestras respiraciones son cada vez más fuertes, más intensas, gemidos… hasta que nos corremos…