Y siguió poniéndoles sus nombres y después el burro pregunta:
-¿Cómo me llamaba yo?-
Y Dios contesta:
-Burro-
Después de 3 minutos más, el burro pregunta:
-¿Cómo me llamaba yo?-
-Burro-
Y así cinco veces más le vuelve a preguntar:
-¿Cómo me llamaba yo?-
Él le responde:
-Burro, idiota-
Y el burro dice:
-Carajo, Dios, estás viendo que apenas me estoy aprendiendo mi nombre y ya me estás pasando el apellido…!