En 1859, se da la batalla entre los ejércitos del Imperio Austro-Húngaro y la alianza Franco-Sarda, por lo que Jean Henry Dunant , hombre de negocios, suizo, filántropo y activista en favor de la causa humanitaria, cuya labor fue reconocida internacionalmente con el primer Premio Nobel de la Paz junto con Frédéric Passy en 1901; organizó a la población para prestarles la ayuda posible y propuso la creación de sociedades nacionales de socorro con la misión de atender a los heridos en combate.
Como consecuencia nace la Cruz Roja en 1863, cuando cinco ciudadanos de la ciudad de Ginebra, entre ellos Dunant, impulsan el Comité Internacional para el Socorro de los Heridos, precursor del actual Comité Internacional de la Cruz Roja. Ese año se celebra la I Conferencia Internacional, en la que se reúnen delegados de catorce naciones que discuten los términos de la creación de esas sociedades de socorro. También en el transcurso de la misma se adopta el emblema de la Cruz Roja sobre fondo blanco, la inversa de la bandera de Suiza. Durante la guerra ruso-turca, en 1876, el gobierno de Turquía propuso como signo la Media Luna Roja, exponiendo las connotaciones religiosas de la cruz.
En la segunda Conferencia Internacional de la Cruz Roja, celebrada en Berlín en 1869, se aprobó una resolución estipulando que “las sociedades de socorro deberán, en tiempos de paz dedicarse a obras humanitarias que correspondan a sus deberes durante la guerra, a saber, a prestar asistencia en las calamidades públicas que exigen, un socorro rápido y organizado”.
En la actualidad, la Cruz Roja y la Media Luna Roja están implantadas en 178 países, y la dedicación en cada uno de ellos varía en función de las carencias humanitarias que se producen en cada lugar.
La Cruz Roja y la Media Luna Roja, conscientes de la desproporción entre las necesidades humanitarias y las disponibilidades –no recursos- para atenderlas, priorizan su apoyo hacia quienes, objetivamente, se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad.
La Misión del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y Media Luna Roja, es prevenir y aliviar, en todas las circunstancias, los sufrimientos humanos. Proteger la vida y la salud y hacer respetar a la persona humana, en particular en tiempo de conflicto armado y en otras situaciones de urgencia. Tratar de prevenir las enfermedades y promover la salud y el bienestar social. Fomentar el trabajo voluntario y la disponibilidad de los miembros del Movimiento, así como un sentimiento universal de solidaridad para con todos los que tengan necesidad de su protección y de su asistencia.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), las sociedades nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y la Federación Internacional en la que se integran éstas. Son todas ellas entidades independientes; cada una con personalidad jurídica individual y sin que ninguna ejerza autoridad sobre otra. Sus respectivos cometidos son específicos, pero en su ejecución existe la coordinación y apoyo conjuntos.
Por su parte, la Federación Internacional, fundada en 1919, se responsabiliza de inspirar, facilitar y promover las actividades humanitarias que desarrollan las sociedades nacionales para mejorar las condiciones de vida de las personas vulnerables, actúa como representante oficial de las Cruces Rojas y Medias Lunas Rojas en el ámbito internacional, promoviendo la cooperación entre las mismas y fortaleciendo sus capacidades para llevar a cabo programas eficaces de preparación para desastres, salud y asistencia social. Dirige la asistencia a las víctimas de desastres, a los refugiados y a los afectados por emergencias sanitarias. La aplicación del Derecho Internacional Humanitario ahorra tratos inhumanos y, sobre todo, deja vías abiertas a la reconciliación, por lo que en tres ocasiones la Cruz Roja ha recibido el Premio Nobel de la Paz.
El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, realiza su labor bajo siete principios fundamentales que rigen las actuaciones de esta organización, creando un vínculo de unión entre las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, el CICR y la FICR.
En este mundo globalizado el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, desarrolla toda su potencialidad por lo que su acción se da en lo más próximo y adquiere una importancia fundamental, pues anualmente prestan asistencia a alrededor de 30 millones de personas, desde refugiados hasta víctimas de desastres naturales.
Por ende, las personas mayores se han convertido en uno de los colectivos prioritarios; en el mundo, cada mes, 1.000.000 de personas cumple 60 años; en 2011 una persona de cada diez de la población mundial tendrá más de 60 años; en 2025 será una de cada cinco, y en 2050 la proporción de mayores de 60 años será superior a la de menores de 15. Casi el 60% de las personas mayores vive en el mundo en desarrollo; en 2020 serán el 70%, las mujeres representan el 55% de las personas mayores y el 65% de las personas de más de 80 años.
En México la llamada Ley sobre Refugiados y Protección Complementaria, que ha sido apoyada por las Naciones Unidas, armoniza la norma nacional con el marco jurídico internacional y entre otras cosas establece por primera vez que una persona puede obtener refugio aunque no haya llegado a México con esa calidad. La norma también establece la llamada “protección complementaria”, con lo cual una persona que no sea considerado refugiado puede permanecer en México, cuando su vida o seguridad corra peligro en otra nación. Con esta ley, se honra una profunda tradición en nuestro país, que es la de recibir y dar cobijo a quien es perseguido en otras naciones.
*Ma. Concepción Contreras Bretón.
Segunda Visitadora General de la
Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla.