-¡Oh!, vagabundo, por haberme salvado te concederé un deseo, pide.-
El vagabundo, repleto de alegría le dice:
-¡Genio!, yo quiero una casa bien grande, bien grande, con columnas de mármol y fuentes de… –
En eso el genio lo interrumpe:
-¡Ay no mames!, tú crees que si yo hiciera todo eso… ¡¿Estaría viviendo en una lata de sardinas?!