-Lo lamento, no estás en listas-.
De modo que el profesor se fue a la puerta del infierno, rápidamente le dieron albergue y alojamiento.
Poco tiempo pasó y el profe se cansó de padecer las miserias del infierno, así que se puso a diseñar un proyecto y un proyecto anual de trabajo, organizó un Órgano Colegiado, una Asociación de Padres de Familia, el Comité Escolar de Participación Social, y manos a la obra: a realizar mejoras.
Con el paso del tiempo, ya tenían certificaciones en varias áreas: infierno libre de humo, aire acondicionado, inodoros automáticos, escaleras eléctricas, centro de cómputo, techado en el patio, recuperación de cuotas atrasadas, círculos de lectura, grupos de alfabetización, todo tipo de becas, festivales, etc.
Y así, aquel maestro se convirtió en la adquisición más rentable en millones de años para el infierno.
Un día Dios llamó al Diablo por teléfono y con tono de sospecha le preguntó:
‘¿Y qué, cómo están por allá en el infierno?’
-¡Estamos a toda madre!- contestó el diablo- Estamos certificados como libres de humo, aire acondicionado, inodoros con drenaje mediante sensor infrarrojo, escaleras eléctricas con control automático de carga, equipos electrónicos para controlar el ahorro de energía, Internet inalámbrico, festivales y desfiles, etc. ¡Hasta recuperé cuotas atrasadas!
Apunta por favor mi dirección de email: eldiablofeliz@infierno.com, por si algo se te ofrece-
Dios preguntó entonces:
-¿Qué acaso tienen un Maestro allí?-
El diablo contestó: ¡SÍ!
Dios dijo entonces:
-¡Esto es un ENORME y GARRAFAL error, nunca debió haber llegado ahí un maestro, los profesores siempre van al cielo, eso está escrito y resuelto para todos los casos, me lo mandas inmediatamente!-
-¡Ni loco!- dijo el diablo- Me gusta tener un maestro de planta en esta organización y me voy a quedar con él eternamente-
-Mándamelo o ¡TE DEMANDARÉ!-
Y el Diablo, con la vista nublada por la tremenda carcajada que soltó le contestó a Dios:
-¿Ah, sí? y por curiosidad ¿¡De dónde vas a sacar un abogado si todos están aquí!?-