Pasó el tiempo y cuando faltaban dos meses para su boda, vuelve a ir el hombre a la iglesia y le dice a Dios:
-Por favor, Dios mío, mira que sólo me quedan dos meses para casarme, haz por favor que me saque la lotería-.
Así pasó el tiempo hasta que quedaba un solo mes y va el hombre de vuelta a la iglesia y le dice a Dios:
-Por favor, Dios mío, mira que ya sólo me queda un mes para casarme, haz que me saque la lotería, te lo imploro-
En eso, se abre el cielo y se escucha una voz que le dice:
-Carajo, pues… ¡Primero compra el boleto!-