Hace aproximadamente siete años, conocí a un reclutador de la VW que me confesó que, automáticamente, -sin revisarlos siquiera-, los CV de la UDLAP, Ibero y Tec de Monterrey, se ponían en un montón, los de otras universidades en una segunda hilera y los de la BUAP, ni siquiera se revisaban.
Esto a colación por un gobierno que está siendo muy criticado por el nivel de preparación que presenta, mucho mas alto siquiera que cualquier empresa nacional -incluyendo bancos y sectores especializados-, como si esto tuviera algo de malo.
El gobierno ahora se visualiza a sí mismo –y hasta opera- como una gran firma trasnacional, con la estructura y filosofía de una empresa donde vale la preparación, el posgrado, pero sobre todo, donde valen los resultados mas que la ya famosa hora -pompa de los burócratas, bajo el criterio de que si una empresa no produce, no vende y no gana.
Aquí, la visión es igual, sólo que el ganar, no es referente a utilidades, sino a elecciones, a poder, a buena fama, a bono democrático, a construcción de imagen.
Aún con toda la promesa que lo dicho anteriormente conlleva, surge la duda de si la preparación es garantía de resultados, y no.
Con todo y maestrías y doctorados, con todo y el renombre de universidades extranjeras, el nuevo gobierno debe cuidarse de la posible percepción que la ciudadanía tenga de ellos, respecto a su nivel.
Y esto incluye a los estereotipos ‘fresas’ y ‘ricos’, o la construcción de abuso del poder que la gente ve cuando alguien de poder se mete en la fila, aprovecha influencias y hasta cuando se observa que lujosos autos rebasan, no respetan las filas o las leyes de tránsito, enviando señales erróneas.
Celebro que se apueste por perfiles calificados, en un país donde el propio rector de la UDLAP ha dicho públicamente que este país está comandado por personas sólo con licenciatura (al explicar la poca utilidad de los posgrados actualmente).
Aún así, me parece que los beneficios de la preparación extra, pueden ser opacados por antiguos vicios del poder que en esos puestos públicos, atrapan y engatusan a quienes llegan a la burocracia.
