El hombre se levanta apresurado, se logra poner el pantalón, se tira por la ventana tratando de escapar, a los cinco minutos regresa muy molesto al cuarto donde estaba la mujer y le dice:
-¡Tonta, si yo soy tu marido!-
Entonces ella al verse descubierta le contesta:
-Ajá, sí, pero, a ver: ¿Por qué saliste asustado corriendo?