22-11-2024 04:58:47 PM

BUAP forma colección paleontológica del estado de Puebla

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Puebla es uno de los estados de la República más ricos en cuanto a fósiles. Destacan comunidades como Tepexi de Rodríguez y San Juan Raya, e incluso la cantera de Tlayúa está considerada como la zona más importante a nivel mundial donde se pueden encontrar peces fósiles.

buap25A pesar de toda esta riqueza, en la entidad no existía un espacio dedicado al análisis de estos vestigios, hasta que hace dos años la Escuela de Biología de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, abrió un laboratorio de Paleontología en el que se desarrolla una exhaustiva investigación para formar la Colección Paleontológica del estado de Puebla.

El maestro en ciencias Carlos Castañeda Posadas, quien está al frente de dicho proyecto, señaló que se trata de reunir la mayor cantidad posible de información  de los fósiles que existen en el territorio poblano, para compararlos con otros existentes en el país y el mundo.

“Uno de los fines de la investigación, es tener una colección sobre la que se pueda enseñar, adiestrar y preparar a nuevos científicos en el área de la paleontología, que conozcan qué son los fósiles y cómo se encuentran, para que posteriormente ellos puedan emprender sus propias investigaciones”.

Avances de la investigación

Desde 2008 el académico de la Escuela de Biología prepara estudiantes en la recolección de materiales fósiles, su análisis e identificación; a la fecha se han recolectado alrededor de dos mil: mil 200 de plantas y 800 de animales; de ellos, se han identificado 15 especies, de los géneros Guarea, Petiveria, Salix, Lamiaceae y Cornaceae en el caso de fósiles de plantas, y en mamíferos: Mammuthus, Mammut, Bisón, Equs y Cuvieronius.

Entre lo que se ha fichado “resaltan hojas de 25 millones de años de edad muy bien conservadas ya que incluso se puede ver su venación, así como piezas de mamíferos de gran tamaño como mastodontes, bisontes, caballos y camellos; por ejemplo tenemos un colmillo de mamut de dos metros de largo, y se tiene el registro  de muchos fósiles que no se habían visto en Puebla, como conchas que datan de hace más de 100 millones de años”.

Por si fuera poco, “también hemos encontrado registros de pisadas de dinosaurio de las que no se tenía conocimiento, éstas son de tipo redondas (que pertenecieron a especies como los cuellos largos) y de tres dedos”, indicó el investigador.

Se han determinado cuatro zonas principales de fósiles: Tepexi de Rodríguez, San Mateo Mimiapan y San Juan Raya en Puebla, y la comunidad de Panotla del estado de Tlaxcala.

Los vestigios más antiguos que los investigadores han encontrado en Puebla, son los del complejo de Acatlán y datan de hace 250 millones de años, y es posible que haya vestigios en todo el territorio poblano.

Trabajo de Forenses

“Ningún paleontólogo llega a la zona y hace un hoyo porque sí”, expresó Castañeda Posadas al cuestionársele sobre la colecta, conservación e identificación de fósiles, por lo que explicó:

“Lo que se hace primero es ir al campo apoyado por mapas geológicos, donde se indica la edad de las rocas de diferentes zonas; dependiendo de eso llegamos a las comunidades y platicamos con sus habitantes o caminamos por los cerros y barrancas observando el suelo y así vamos encontrando los fósiles”. Una vez que se conocen las condiciones del material, o estado de fosilización, se planea la extracción y en esta tarea no siempre es necesario cavar”.

Después de su recolección, el fósil llega al laboratorio de Paleontología de la Escuela de Biología de la BUAP, donde se utilizan ácidos, brochas, pinzas y otros utensilios para limpiarlo. Luego se le aplica resina, pegamento y lacas, o bien se deshidrata para su conservación. Posteriormente se catalogan y guardan en cajas de cartón para prevenir que la humedad los deteriore.

“Estos materiales están disponibles para que los alumnos interesados los estudien. Analizan las características morfológicas de éste y empiezan a revisar bibliografía con el fin de identificar el tipo de organismo del que se trata”.

Por otra parte, para determinar la edad del fósil existen dos métodos: el relativo, que se realiza a través de estándares básicos preestablecidos a nivel mundial y que se comparan con las características del material en cuestión;  y el método absoluto, en el que se estudian algunos minerales que se forman en las rocas y que por medio de isótopos radioactivos (como el carbono 14 y el uranio), y con análisis matemáticos, químicos y físicos se obtiene la edad de estos materiales.

El método que más se utiliza en la Escuela de Biología es el relativo, “ya que el absoluto es muy costoso, además de que instituciones como Pemex tienen establecidos los rangos de edad de las rocas en sus bases de datos; sin embargo  cuando no estamos seguros de estos datos, tomamos una muestra de la roca y la mandamos a Estados Unidos a que las analicen”.

El maestro en ciencias reconoció este es un trabajo es lento, “porque de alguna manera somos como forenses: tratamos de identificar cómo se llamaba el material y qué hacía en el lugar donde lo encontramos; éstas son cuestiones que a la larga proporcionan mucha información sobre lo que ocurrió hace cientos de millones de años en el planeta en cuanto a la biodiversidad y clima”.

Antecedentes de la Colección

Anteriormente en México “sólo existía un trabajo similar, la Colección Nacional de Paleontología de la UNAM, y todo lo que se encontraba en el territorio mexicano se iba para allá; tan sólo de la Cantera de Tlayúa tienen más de seis mil fósiles que ocupan un cuarto de aproximadamente cinco por cuatro metros, ya que es de donde más vestigios de este tipo se han extraído en el país”, resaltó el académico.

Al ser claro que UNAM no tiene la capacidad de albergar tanto material, se propuso que cada estado tuviese su propia colección paleontológica. Actualmente en México existen tres colecciones importantes, que están en la UNAM y los estados de  Chiapas y Guadalajara; Monterrey está ya formando la suya y la colección poblana  que está a cargo de la Escuela de Biología, es la quinta en la República que se está formando y catalogando.

“Todo mundo cree que jamás ha visto un fósil en su vida, pero lo cierto es que se pueden encontrar en casi todas partes; si visitamos la CAPU, Angelópolis u otro espacio donde hay piso de piedra natural y vemos manchas en el piso, no son más que fósiles de antiguos organismos. Con esto quiero decir que los fósiles están ahí, a la orden del día, pero casi no notamos su presencia”.

Una investigación a fondo

Este proyecto de investigación que lleva doce meses de trabajo formal con el financiamiento de esta unidad académica, ha permitido la titulación de dos estudiantes de biología y tres más están por concluir su tesis, gracias al análisis de los fósiles colectados, trabajo al cual podrán integrarse más jóvenes.

Se estima que desde 1904 en que se realizó el primer trabajo de paleontología en Puebla, “sólo se tiene conocimiento del 10 por ciento de los restos fósiles existentes en el territorio poblano, lo cual tiene mucho que ver con la falta de  paleontólogos en el país donde sólo existen 100, mientras que Estados Unidos por  cada región tiene 15 especialistas”.

Reconoció que la investigación sobre el material que conformará la Colección Paleontológica de la entidad requerirá de varios años, ya que es mucho el material que falta por catalogar al que se habrá de sumar lo que se encuentre en el futuro, “porque entre más busquemos más encontraremos, por la riqueza que hay en la entidad”.

Esta Colección se abrirá oficialmente al sector académico en el mes de marzo, además de que habrá exhibiciones temporales en el lobby de la Escuela de Biología, que estarán abiertas al público en general.

Los fósiles concluyó el maestro Carlos Castañeda Posadas, “tienen gran importancia no sólo para la historia de la vida en la tierra, sino también para la cultura de los pueblos e incluso para la economía de las zonas en las que se encuentran,  gracias a la actividad turística que proporcionan”.

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