PRIMERA PARTE
Enrique Doger Guerrero hoy cosecha lo que sembró desde que dejó la Universidad Autónoma de Puebla para incursionar en política: rencores y odios.
Con aires de autosuficiencia, se olvidó que precisamente el arte de la política es como el golf: gana quien menos golpes da.
Abrió todos los frentes posibles, sobre todo a raíz del escándalo del Lydiagate, pues se obsesionó con la caída del gobernador y una vez que la realidad no se ajustó a su plan original, entonces se peleó con ella.
Repartió golpes mediáticos a diestra y siniestra. Nadie se salvó, en particular los llamados sectores fácticos de poder, como la Iglesia, derecha, empresarios, medios de comunicación, partidos de oposición como el PAN y Panal, así como aliados y todos aquellos que forman parte de la llamada clase política.
Por eso, ahora sin registro para contender por la gubernatura, está aislado, solo.
Con la mayoría de quienes llegó a la alcaldía acabó muy mal: Alberto Ventosa, Javier Casique, Omar Álvarez Arronte, Miguel Quiroz, Jorge Rodríguez Morgado, entre otros.
Con aliados universitarios, el caso más representativo fue Enrique Agüera, a quien le endilgó campañas mediáticas porque jamás aceptó que había dejado de ser el rector y su sucesor en la BUAP creció por si mismo.
A los marinistas siempre los ninguneó, a pesar de que estaba convencido de ganarse la confianza de Mario Marín para que lograra ubicarse en una posición triunfadora. Atacó a Javier López Zavala, Mario Montero Serrano y Javier García Ramírez, principalmente.
Ellos han sido quienes precisamente no lo dejaron pasar.
Por eso, se agruparon en torno a la propuesta zavalista, dejaron atrás pugnas sobre quién debería encabezar el proyecto transexenal, para que ?Doger nunca?.
Y es que el ex alcalde leyó mal las señales en pleno escándalo.
Al diario español El País le declaró que Marín había dañado la imagen de Puebla.
Se alineó con los enemigos del marinismo, financió marchas contra el gobernador y sus propias declaraciones lo delataron.
Mientras al mandatario le decía una cosa en privado, en público usted juzgue:
?Lydia Cacho ha sido una defensora de los grupos que han sido agredidos y ha tenido reconocimientos internacionales. Más allá de lo que se resolvió, es una mujer que tiene un lugar en la historia de la defensa de los derechos civiles en el país?, subrayó Doger a La Jornada.
?A ocho meses del escándalo, ¿cómo ha quedado Puebla? ?se le preguntó a Doger Guerrero.
??Nosotros estamos trabajando y viendo para adelante. Tenemos muchos retos y como lo he señalado, esperamos que este asunto vaya quedando atrás y se resuelva en las instancias jurídicas. Lo tiene en sus manos la Suprema Corte y que ahí se defina.
??Pero el escándalo ha tenido repercusiones en Puebla, ¿no?
??Han sido difíciles estos meses. Tenemos que trabajar para superar los retos que tiene Puebla.
??¿Será difícil el trabajo que se tenga que hacer?
??Estamos trabajando sin descanso y sin distracción.
??¿Se ha manchado la imagen de Puebla?
??(?) Yo estoy trabajando.
??¿Pero cómo ve a Puebla ahora que se ha dado a conocer en diferentes partes?
??Puebla es una gran entidad y una gran ciudad. Y lo mejor de Puebla son los poblanos.
??¿Pero se ha manchado la imagen del estado?
??Creo que hay que ver hacia delante y trabajar intensamente. Tratar de que existan menos polémicas, porque eso a la gente no le interesa ni le gusta, y que se haga justicia, contestó a Cambio.
La revista Proceso consignó: ?El presidente municipal de Puebla, Enrique Doger Guerrero, de extracción priista, señaló: ?algunos sectores priístas ya me empezaron a descalificar, pero no me voy a dejar llevar por esas opiniones. Yo tengo claro que mi primer compromiso es con los poblanos, y si me ponen a escoger entre un partido y los ciudadanos, voy a escoger a los ciudadanos?, expuso?.
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