Puebla desde su fundación se construyó como una ciudad sin murallas físicas y sin barreras culturales. Pensada como una alternativa para un mundo nuevo en formación. Hoy como siempre, es una urbe abierta a los tiempos. Está hecha de trabajo solidario y creativo, de horizontes que asimilan tendencias e influencias diversas para moldear su imagen urbana. Y que valora la presencia de los participantes del Tercer Foro de Ciudades Mexicanas Patrimonio Mundial que se realizó el pasado fin de semana, auspiciado por la SEDESOL federal.