Si existe hoy una certeza en el marinismo es que no se podrán llevar todas las canicas políticas.
De ahí que se analicen perfiles, trayectorias, presencia social, empresarial, política y económica.
No es una tarea fácil.
Y es que un marinista a la gubernatura automáticamente anula a otro marinista a la alcaldía.
Se llama equilibrio político.
Ni más ni menos.
Arriesgarse por las dos posiciones podría implicar que en el interés de los grupos nacionales que dominan al PRI aparezca la propuesta: marinista sí, pero a la presidencia municipal.
La lista de quienes se han apuntado se reducirá notablemente:
Si por el marinismo puro fuera la propuesta sería Javier García Ramírez, titular de Obras Públicas. Su futuro estará ligado a la coordinación de la campaña.
Valentín Meneses Rojas, secretario de Comunicaciones y Transportes, también será descartado.
Mario Montero Serrano, secretario de Gobernación, entra en la lista, pero de los vetos marinistas. Otro que correría la misma suerte sería Víctor Manuel Giorgana, a quien lo promoverán para Huauchinango.
El mentado Chamoya no se representa ni así mismo.
¿Jorge Estefan Chidiac?, ¿no tiene nada para ofrecer?, ¿no ya está con Moreno Valle?, son las preguntas que se formulan los marinistas.
Gerardo Pérez Salazar, secretario de Finanzas, no pertenece a la burbuja, pero está muy ligado al marinismo.
Darío Carmona, secretario de Educación Pública, la pregunta es muy sencilla: ¿si no puede con el conflicto magisterial qué podrá hacer por la capital?. Pericles Olivares sufre el mismo mal llamado marinismo en tiempos de equilibrio político.
En el gabinete otro que la quiere es Víctor Gabriel Chedraui, titular del IAPEP, pero la neta quien nace para timorato de la timoratez no pasa. Omar Alvarez Arronte, ajá!. Ya pasó su tiempo.
El perfil ideal para la fórmula sería Enrique Agüera, pero el rector de la BUAP ya dijo tajantemente que no. Los próximos cuatro años estará dedicado al quehacer académico y de ahí pensar en algún proyecto político. Quizá la senaduría.
Quien ya la pidió otra vez es ni más ni menos que Enrique Doger Guerrero, quien asegura repetir la dosis al panismo. ¿Será?.
¿Se lo imagina con tantos frentes abiertos en todos los ámbitos poblanos?. Será pasivo, no activo.
¿Y otra mujer?
Por eso, se analizan trayectorias, círculos de influencia con los sectores del poder.
Se revisan expedientes de empresarios.
De mujeres exitosas.
De quien sume y no reste al proyecto marinista.
Y es que se tiene información que la fórmula panista que acompañaría a Moreno Valle en la gubernatura sería Eduardo Rivera Pérez, claro si Ana Teresa Aranda o Humberto Aguilar Coronado no dicen otra cosa.
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