29-03-2024 05:54:14 AM

Los asesores de Blanca: el enemigo en casa

No cabe duda, Blanca Alcalá es un fenómeno político sin precedentes en la historia de Puebla.

A pesar de que la capital dista mucho de ser “la ciudad de los ángeles”, de que los problemas por el mal estado de la infraestructura urbana y la falta de servicios son de verdad complicados y de que el nivel de vida en la que hasta hace muy poco era considerad como la cuarta metrópolis de mayor importancia en todo el país, es cada vez peor, nada de esto se refleja en los niveles de confianza, credibilidad y aceptación que tiene la primera presidenta municipal poblana.

Está, en términos de la mercadotecnia política, blindada.

Sin embargo, esta realidad que vive la alcaldesa, que se nota a leguas que no la buscó de manera intencional y que la pone inevitablemente en la baraja de probables sucesores de Mario Marín, la convierte también en blanco perfecto de ataques, grillas, y conspiraciones en lo oscurito instrumentadas por supuestos leales colaboradores que en realidad podrían servir a intereses completamente ajenos a los de la señora presidenta.

¿Se acuerda de su discurso con motivo del primer informe?

Ese en donde “omitió” el tradicional agradecimiento al gobernador en turno, y que fue el detonante para que la relación entre titulares de los dos niveles de gobierno atraviese por su peor momento desde tiempos de Enrique Doger.

¿Quién  asesoró a la presidenta y con qué objetivo?

¿Quién de su principal equipo de colaboradores podría beneficiarse de un rompimiento de tal magnitud?

Seguramente alguien que goza de la credibilidad, el cariño y con el suficiente nivel de confianza en su relación con la presidenta como para recomendarle el convertirse en kamikaze y complicar de tal manera el resto de su trienio.

¿Y qué me dice de la tristemente célebre ciclopista?

Ese auténtico bodrio de ninguna utilidad que se construye actualmente sobre la 31 oriente.

¿Qué mente brillante asesoró a la presidenta para darle forma a una obra que lo único que ha generado han sido críticas feroces e inconformidad ciudadana?

Desde hace años no se veía en Puebla una obra que unificara criterios en contra como la tal cicolpista.

Tal vez la única referencia reciente de un caso similar fue la construcción del distribuidor vial Juárez-Serdán en tiempos de Luis Paredes, ese que en teoría iba a catapultarlo  los niveles más altos de la política poblana, y que en realidad no le sirvió de mucho para cambiar la opinión generalizada sobre su trienio.

Hoy, Paredes está condenado al exilio político y al olvido ciudadano.

¿Quién intenta que algo similar le suceda a la alcaldesa´

Y es que, no se entiende de otra forma el hecho de que se apruebe una obra que en los hechos traerá mucho más complicaciones que beneficios para la mayoría de los ciudadanos poblanos.

Complicará sin remedio la vida diaria de miles de capitalinos que viven o trabajan en esa zona de la capital y que tendrán que circular, con automóvil propio o a bordo del transporte público, en un tramo que será sin duda un auténtico infierno en términos del tráfico vehicular, sobre todo entre semana y en las cada vez más transitadas horas pico.

La misma pregunta ¿quién diablos asesora a la presidenta?

La reacción ciudadana en contra de la famosa ciclopista ha sido de tal magnitud que se ha convertido ya en un muy rentable tema para ser utilizado en las cada vez más aburridas campañas electorales.

El PAN en la ciudad, a través de su dirigente, el joven Arrubarrena, ya se alista para aprovecharlo electoralmente al grado de autonombrarse ya “la voz ciudadana en contra de la ciclopista”.

El tema no es menor.

Si bien a simple vista podría parecer una minucia ante los grandes temas nacionales, lo cierto es que cuando una medida así trastoca de esta manera la vida diaria de miles de ciudadanos, puede convertirse fácilmente en el detonante perfecto para la movilización social en contra de un gobierno, en este caso, el gobierno de la ciudad.

Y todo ¿para qué?

Para beneficiar a unos cuantos, muy pocos y perjudicar a la gran mayoría.

Vaya lógica en términos de la determinación de criterios para llevar a cabo un proyecto de obra pública.

La medida no tiene sentido, Blanca Alcalá goza hoy de una popularidad y un nivel de confianza que ya lo quisiera cualquier gobernante, funcionario público o ciudadano con aspiraciones electorales.

¿Para qué tirarle piedras al pesebre?

Fíjese en los asesores, en los colaboradores cercanos, analice cómo se mueven y la manera en la que actúan y encontrará al Judas.

O debería de decir, los Judas.

Y es que hay más de uno al interior del ayuntamiento que daría todo por desbarrancar el trienio de Blanca Alcalá.

Ya lo verá.

 

latempestad@statuspuebla.com.mx

 

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