19-04-2024 11:14:51 PM

Ese viejito neuras es Marín, Antonio?.

¡Ya enloqueció¡. Esta es la expresión que utiliza el personal de la Secretaría de Salud al referirse al secretario Antonio Marín.

Y es que el funcionario, ahora resulta, se disfraza de viejito.

Con canas, encorvado y con voz lastimosa llega a cualquier Centro de Salud para solicitar una consulta. Ante cualquier retraso empieza a ofender y censurar la calidad del servicio. Eso sí, exige su café.

No conforme acude por la madrugada a checar el trabajo de los policías, a quienes les pregunta con tono altisonante ¿usted sabe quién soy?.

El vigilante le responde “no señor”.

Marín López le responde: “Pues quien te paga, soy el secretario de Salud, y te vas; no necesitamos policías”.

Una más. Aparece en las oficinas y se sienta en las bancas de la Secretaría para comentar que es un doctor desempleado que lo acaban de correr de la jurisdicción de Tepexi de Rodríguez y reclama su reinstalación.

Ahí rompe su tarjeta de presentación y luego solicita al personal que la unan para que vean que “soy yo el flamante doctor Marín”.

¿Qué le pasa?.

Su arribo a la dependencia trajo nuevas expectativas, pero en realidad su presencia es interpretada como más de lo mismo, pues quiere que todos aprendan a trabajar y realiza cambios a diestra y siniestra para empezar de cero y desarrollar sus geniales ideas.

Sin embargo, es penoso ver cómo un doctor dedicado a la medicina hematológica con un curriculum prestigioso renuncie a su práctica para encaminar los destinos de una Secretaría que agoniza ante el desfalco, la desintegración de equipos de trabajo e inhiba los cambios porque el personal se niega a aceptar un puesto de jefatura porque eso sería sinónimo a la desacreditación y hostigamiento laboral.

Es lamentable que quien le cuide las espaldas sea la coordinadora administrativa, María de la Cruz Corona, quien denota una personalidad de baja autoestima. Cree que hablar despacio y bajito es símbolo de respeto. Cuando se entera de la corrupción existente se encierra y no atiende a nadie. Es patético ver cómo las autoridades se alejan de las funciones de la Secretaría de Salud.

A cargo del área médica hay un general jubilado que lo único que sabe es gritar y ofender. Por sus limitaciones de la edad acredita centros de salud y hospitales. Es deprimente entrar a cualquier jurisdicción y notar las condiciones con las que desempeñan su labor el personal. Existen lugares en que las divisiones de departamentos están hechas con cajas.

Marín despotrica contra el personal, pero las áreas de trabajo son una vergüenza.

El general eso sí se pasea comiendo galletas macma y toma café con crema. Cuando termina sale a tomar el sol o a calentar el cuerpo para dar órdenes y gritar al personal que no hace bien su trabajo.

Por lo pronto, Marín López corrió ayer a dos jefes de jurisdicciones por –según él- incompetentes. Todo lo pactó con el sindicato, además advirtió que todos los recomendados del gobernador se irán de la dependencia, porque a él lo nombró Felipe Calderón.

“Si no les parece, renuncien”, amenazó.

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