TERCERA Y ÚLTIMA
Después de unos segundos, se sentó en mi regazo y me di tremendo gusto acariciando sus tremendos melones mientras ella presionaba su cadera moviéndola sensualmente en círculos sobre mi polla. Se dio vuelta y me ofreció sus pechos para que se los mamara, finalmente me cabalgó mientras metía su lengua en mi oído o susurraba gemiditos excitantes.
Cuando terminó mi “Table”, Susana y Manuel ya se veían excitados, invitamos un trago a Tracy, la cual al principio rehusó porque tenía muchas solicitudes, pero le ofrecimos que se quedara con nosotros toda la noche y nos arreglamos.
– Por mí encantada, el único problema es el patrón. Si se arreglan con él, cuenten conmigo para lo que quieran.
Manuel y yo hablamos con el encargado, la chica cobraba mil quinientos pesos por salir y otros mil para obtener la autorización de que saliera temprano. No discutimos y regresamos a la mesa, Susana y Tracy se encontraban charlando muy animadamente, y eran el centro de atracción de muchas miradas.
– Puedes quedarte con nosotros. (Le informamos) – – ¡Bravo!Salimos a la calle y nos trajeron el auto.
– Yo manejo. Vayan ustedes atrás (dijo Susy mientras me palmeaba el trasero) – – ¡Ay, que me van a hacer entre los dos! (bromeaba Tracy mientras se subí al auto junto con Manuel y yo)
Apenas estábamos dando vuelta a la esquina y los dos hombres estábamos succionando viciosamente los pechos de Tracy, mientras le metíamos manos desocupadas entre sus piernas, las cuales había abierto descaradamente… deliciosamente. Manuel sacó su miembro del pantalón y Tracy lo tomó con su mano, yo hice lo mismo, quiero decir, no le agarre la verga a mi amigo, sino que también me la saqué para que la puta nos comenzara a masturbar a los dos.
– Mmm, yess…Susana, tus amigos están bien armados. Parece que la vamos a pasar muy bien. – – Muy bien, que bueno que te agraden, son buenos chicos en general, pero hoy me prometieron que se van a portar mal.
Tracy volteó hacia Manuel y con voz sensual lo comenzó a calentar (¡y a mí también!) – Espero que te portes MUY mal conmigo, papito, quiero que me llenes de verga…soy una niña mala, tienes que castigarme, tienes que ser muy malo conmigo… quiero que me digas cosa sucias mientras me coges con esta vergota… me gusta que me den mucha batalla mis amigos, soy golosa… mmm… voy a disfrutar que me den entre los dos…en cuanto lleguemos al hotel les voy a mamar la verga como nunca se las han mamado… mmmm, sii, asii, masajea mis tetas… tienen buenas manos tu amigo y tú.
Susana detuvo el auto. Nos encontrábamos en un callejón oscuro y solitario, área de carga de una bodega durante el día, en la noche estaba completamente vacío. Bajamos de auto y los hombres permanecimos de pie, mientras las mujeres comenzaron a succionar nuestros parados miembros. Susy atendía a Manuel mientras Tracy jugaba con su lengua y el lubricante que cubría completamente la cabeza de mi polla, haciendo viscosos puentes entre las puntas de su lengua y mi pene.
– Quiero que alguien me la meta… por favor… alguien… (dijo Susy) mira esto… (mostrando a Tracy la durísima tranca de Manuel) ven a saborearlo… – – ¿Te la mamamos entre las dos?
Manuel no pudo responder mas que un gemido de placer. Las dos chicas comenzaron a recorrer juntas con la lengua toda la extensión del miembro de mi compañero, que tenía expresiones faciales que me recordaron la obra de Andy Warhol. Varias veces las chicas tomaron turno para succionar la herramienta y cambiaron el ritmo para aumentar el tiempo de disfrute de Manuel que se sorprendía de la habilidad de las chicas que en ese momento le chupaban todo el miembro hasta los huevos. Me coloqué atrás de Susy, que levantó su hermoso trasero ofreciéndomelo en toda su extensión, recorrí con mis manos y mi boca una y mil veces sus firmes nalgas y sus bien torneadas piernas que ella separó en un arrebato de urgencia por ser penetrada, deslicé hacia abajo sus bragas, ella levantó sus sensuales pies calzados con unos tacones altísimos y le saqué por completo las bragas, guardándolas en el saco.
Podía ver como su cabeza bajaba y subía comiéndose la verga de Manuel cuando apunté con mi tranca y se la comencé a introducir lenta y firmemente en su vagina.
– Mmm… es lo que me hacía falta… Déjamela ir, papi… ¡fóllame!Con mis manos separé los cachetes de su culo, comencé a bombearla rítmicamente sintiendo cómo mi pene se lubricaba con cada nueva penetración, por fin cuando me sentí completamente lubricado, la tomé firmemente por la cadera y aumenté el ritmo y fuerza de mis arremetidas, sacando casi por completo mi polla para meterla firmemente entre sus macizas nalgas hasta que mis huevos eran detenidos en seco por su pelvis y quedaban fuera.
– ¡Qué buena verga tienes! ¡Fóllame así, sin compasión! ¡Dame duro con tu verga!Mientras yo penetraba así a Susana, Manuel y Tracy le desabotonaron la cazadora y la blusa, dejaron libres sus tetas y comenzaron a chupárselas al mismo tiempo, una cada quien. Manuel succionaba con deleite mientras acariciaba las fabulosas montañas de Tracy, que atendía con la boca la otra teta de Susy al tiempo que ordeñaba con sus manitas la tranca de mi amigo. Después de unos minutos Manuel y yo intercambiamos posiciones, pasando él a cogerse a la Susy mientras yo le ofrecí mi verga acercándola a sus labios, ella le mamó con desesperación, lamió mis testículos y guardó en su boca por completo 20 cm de hombre.
La tomé por el pelo y le besé en la boca, compartimos un cálido y húmedo beso mientras Tracy le acariciaba y mamaba los pechos y Manuel metía su miembro entre sus redondas nalgas, hundiéndolo hasta los huevos. Sentí un rico manoseo en mi pene, ambas mujeres se dieron a la tarea de masturbar mi herramienta. No pasó mucho tiempo para que volviera a sentir el calor de la boca de Susana rodeando mi erección, Manuel empujaba el rostro de Susy contra mi entrepierna, debido a los poderosos caderazos que le propinaba, mi amiga empapó con su saliva toda mi verga, y súbitamente la aprisionó con fuerza entre sus labios, para después retirarse y gemir agónicamente… – ¡me corro! Mmmmhhhh… aaahhhh… Héctor ¡voltéate! – – ¿? – – Vamos date vuelta hombre (me pidió Tracy)Así lo hice y entonces Susana me dio tremenda mordida en un glúteo… – Ayy… Ayyy… – – Fuck her! ¡Cógetela! – – Soltando por fin mi nalga, pidió a Manuel: ¡Quiero que me la metas por el culo! ¡Dame tu verga por el ano!
Miguel procedió. Susana comenzó a quejarse y a gritar de dolor, Tracy me acompañó para auxiliarlos, Manuel sacó la porción de verga que llevaba enterrada en el ano de nuestra compañera y Tracy escupió sobre su poste para facilitar la penetración, yo hice lo procedente con el ano de Susy.
Manuel enculó a Susana con relativa facilidad… para él. Ella comenzó a llorar cuando tenía la mitad de la tranca dentro… pero pedía más… era increíble… el miembro me dio un respingo al mirar las lágrimas de Susana recorrer sus mejillas mientras le pedía a Manuel que le partiera el culo. Ella se puso en cuatro patas y Manuel arremetió clavándose hasta los mismísimos huevos – Aagghhh…. ¡así macho!… ¡fóllame el culo! ¡Rómpeme el ano! ¡Méteme tu cipote! Yo tomé a Tracy por los hombros y la bajé para follarle su cavidad bucal. Se puso en cuclillas y se dedicó a complacerme, masturbándome con su boca, mientras yo masajeaba sus tetazas, acariciaba su pelo y bombeaba su boquita… de momento interrumpió la felación para hablarme… – ¿Te gusta ver a tu novia enculada por tu amigo?… Voy a hacer que te realices con mi boca… ¡mastúrbate con mi cara! ¡Fuck my face! ¡Fuck my mouth!
Seguí cogiéndomela por la boca, metiendo lentamente mi polla hasta que mis huevos chocaban con su barbilla y en la punta sentía el fondo de su garganta. Después frenéticamente aumente el ritmo de mi bombeo… mi lubricante y su saliva se veían caer desde los labios de la puta. Las lágrimas de Susy se habían detenido pero sus mejillas aún estaban húmedas mientras ella jadeaba, acercándose a otro orgasmo… su cara anunciaba un placer evidente…fuera de su control. Tracy sacó mi verga de su boca y la rodeo con sus hermosas tetas para hacerme una paja rusa. La sensación y la vista fueron demasiado para mí. Exploté y comencé a vaciarme entre los senos de Tracy, tomé mi polla y comencé a masturbarme mientras los chisguetes de semen salían disparados hacia la boca abierta de Tracy. El esperma quedó disperso y escurriendo sobre su rostro.
Los gemidos de Susana me dieron a entender que estaba teniendo otro orgasmo y los espasmos que Miguel tuvo instantes después me indicaron que otra verga había descargado su caliente semen a través del apretado ano de mi mejor amiga, por segunda vez en la noche.
Nos encontrábamos en la madrugada del sábado y habíamos cumplido con el primordial y peligroso mandamiento de ser felices.
Y me esperaba un largo fin de semana…