QUÉ LIDER (ZUELO)
Ni duda cabe que la vida está llena de contrastes.
Lo que ayer fue bueno, hoy es malo.
Y viceversa.
Por supuesto, nunca falta el oportunismo y desfachatez para aderezar la picaresca poblana.
Ahí van tres ejemplos.
En el trienio del panista, Luis Paredes Moctezuma, el líder sindical del Ayuntamiento de Puebla, Israel Pacheco, era ponderado como dirigente “congruente”, “capaz”, “defensor de los derechos laborales”, “hábil para impedir excesos del loco de Paredes”, “ejemplo a seguir para las nuevas generaciones sindicales”.
En pocas palabras, todo un estuche de monerías, a quien habría que construirle un monumento en lugar del Ángel Custodio.
Años después, hoy, quienes lo alababan lo censuran, descalificación y de “extorsionador” no lo bajan.
Nada más hay que desempolvar artículos y columnas para comprender cómo responden los medios.
QUÉ DESFACHATEZ
Otro tema ligado a la picaresca es la conformación ayer por la tarde de la Fundación Urbano Deloya (q.e.p.d).
Se trata de un hombre que hizo historia en Puebla.
Culto, inteligente y con personalidad propia, Don Urbano dejó huella entre quienes lo conocimos y tratamos.
Pues ahora resulta que su hijo Guillermo Chamoya aprovecha su nombre para constituir con bombo y platillo la nueva Fundación.
Si Don Urbano reviviera se volvería a morir.
Y es que Chamoya y familia abandonaron a su suerte a Don Urbano en un hospital.
Deloya estaba quebrado y requería en su último momento afecto que nunca encontró en quien hoy se pavonea con su nombre.
Qué desfachatez.
QUÉ MEMORIA
En su trienio, Enrique Doger Guerrero se olvidó de sus raíces universitarias.
Jamás le dio el lugar que se merece a la BUAP.
Incluso, configuró campañas contra el rector.
Todo por un asunto de ego; de no crecimiento, pues.
Ayer, el Ayuntamiento que una vez encabezó Enrique Doger, ahora con Blanca Alcalá, le entregó a Enrique Agüera el galardón “Medallón Custodio de la Ciudad”, por ser considerada una institución guardiana de los valores fundamentales de la ciudad capital.