La política poblana está llena de traiciones, de engaños, de grillas entre aparentes aliados que intentan beneficiarse perjudicándose entre sí.
Se trata de uno de aquellos juegos de suma cero en donde para avanzar, alguien tiene que retroceder.
Es imposible que todos ganen.
En este contexto, el ya famoso “fuego amigo” se ha vuelto un ingrediente fundamental de nuestra aldeana vida pública.
Aquí algunos ejemplos.
Empecemos con el municipio de Puebla.
Aquí se distinguen dos clases de fuego amigo: entre compañeros de equipo, es decir, funcionarios de la administración de Blanca Alcalá y aquel que se da entre actuales autoridades y quienes, directa o indirectamente están relacionados con la pasada administración.
En la primera categoría se encuentra el síndico Román Lazcano, quien se ha mostrado como una auténtica revelación en lo que a grilla se refiere.
Lazcano filtró hace apenas unos días a su amiga del alma, la diputada panista Violeta Lagunes, cifras de la Secretaría de Seguridad pública y Vialidad municipal sobre índices de criminalidad en la capital.
De esta manera, la legisladora declaró que “Blanca Alcalá dijo en el primer día de su administración pública que iba a poner a Puebla a tiempo y ya pasó un mes, así que es el momento en que lo haga porque no se ha visto ningún cambio importante en ninguna de las áreas que ella prometió, ha sido todo lo contrario, por ejemplo, en materia de seguridad pública una de sus promesas fue el tener mayor seguridad y aumentó el robo de vehículos y los homicidios”.
Ahora bien ¿por qué la filtración?
Bueno, pues parece que Lazcano Fernández se molestó mucho con Guillermo Alberto Hidalgo Vigueras, actual Secretario de Seguridad Pública y Vialidad municipal, porque este se negó a contratar con el despacho particular de Lazcano cursos de profesionalización y capacitación para los elementos de la corporación, claro, con cargo al erario.
Y de ahí la filtración.
¿Qué opinará de esto la presidenta municipal cuando ha declarado que una de sus principales prioridades es el comportamiento ético y honesto de sus principales colaboradores?
Otra historia de fuego amigo tiene que ver con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Ahí, a pesar de que llegó como titular un incondicional del gobernador e integrante de la famosa “burbuja marinista” hay quienes están más que interesados en poner piedras en el camino de Valentín Meneses.
El ex líder priista se estrenó en la dependencia enfrentando una complicada encrucijada mediática.
Transportistas y funcionarios de la dependencia, la mayoría todavía fieles a Rómulo Arredondo, idearon una estrategia para subir nuevamente temas aparentemente agotados como la petición de reformas al artículo 86 del Código de Defensa Social y la posibilidad de autorizar una tarifa preferencial para estudiantes.
Meneses cayó en la trampa, tuvo que declarar que no descartaba ninguno de los dos escenarios anteriores y abrió nuevamente la puerta para revivir las protestas y las manifestaciones, cuando su propio nombramiento se dilató debido a que no estaban totalmente resueltas las consecuencias de aprobar un impopular e injusto aumento a las tarifas del transporte.
La respuesta de Meneses no se hizo esperar y ya iniciaron los despidos sistemáticos de gente que responde a los intereses de personajes ligados al equipo de Arredondo.
Como el hilo se rompe siempre por lo más delgado, el primer sacrificado fue el supervisor, José Marcelino Andrés López Martínez, adscrito a la Dirección de Operación de Transporte
Los jalones seguirán.
Dueños de concesiones “cómodos” al ex secretario emitieron duras críticas en contra del programa de reordenamiento del transporte anunciado por Meneses y todo parece indicar que no será nada fácil convencerlos.
Por lo menos no aplicando los métodos tradicionales.
Al final, la intención de protegerlo a toda costa y de que llegara a la SCT con la cama tendida, no funcionó del todo.
Gracias al fuego amigo.
latempestad@statuspuebla.com.mx