Sexenios pasan y los parques industriales lucen un panorama desolador.
Desocupación, pésima infraestructura básica, carencia de servicios y una gradual obsolescencia.
Esfuerzos se han realizado para mejorar. Cada gobernante en turno impulsa sus propios complejos fabriles, a pesar de que los existentes están en el olvido. Guillermo Jiménez Morales el parque industrial 5 de Mayo; Mariano Piña Olaya, el Puebla 2000; Manuel Bartlett el parque Finsa; y Melquiades Morales la famosa Ciudad Textil.
Ninguno hoy puede presumir de ser modelo a seguir. Quizá se salva el Finsa, pues ahí se localizan los principales proveedores de autopartes de la armadora Volkswagen.
Mario Marín Torres no se quedó con las ganas. Anunció hace unos días una millonaria inversión de 494 millones de pesos para la rehabilitación de siete parques fabriles en la zona metropolitana de Puebla, a efecto de crear mejores condiciones de inversión, empleo y oportunidades.
El programa prevé obras de mejoramiento de vialidades, drenajes, alumbrado público, señalización y otros servicios, que beneficiarán no sólo a los empresarios, sino también los trabajadores al tener mejores condiciones de seguridad y comodidad para acudir a sus centros laborales.
En el Parque Puebla 2000, donde hay instaladas 72 empresas, se invertirán 201 millones de pesos y los trabajos se iniciarán en aproximadamente 20 días, una vez concluido el proceso de licitación que marca la ley, al que también estarán sujetas el resto de las zonas industriales.
En el Parque Industrial 5 de Mayo, con 22 empresas, la inversión será de 28 millones de pesos; en el Parque La Resurrección, donde hay 31 empresas, se aplicarán 68 millones de pesos; en el Corredor Industrial Cuautlancingo se erogarán 47 millones de pesos; en al Área Industrial San Felipe Chachapa, con 20 empresas, se destinarán 23 millones de pesos; Parque Industrial San Miguel, con 8 empresas, 36 millones de pesos y en el Parque Quetzalcóatl, con 10 empresas, la inversión será de 91 millones de pesos.
El Ejecutivo estatal agregó que la segunda etapa de este programa de rehabilitación comprenderá los parques industriales de Tehuacán, Ciudad Serdán, Zacatlán y Esperanza.
Sin embargo, las preguntas de inmediato aparecen:
¿Para qué invertir 494 millones de pesos en parques abandonados?.
¿De qué sirve si hoy la cartera de Desarrollo Económico se encuentra acéfala tras la renuncia del secretario Gerardo Fernández Sánchez?.
¿Para qué gasta el dinero si lo que faltan son empresas?.
¿Si el único viable es Finsa ante la presencia de Volkswagen, por qué no reforzar la inversión de autopartes y automotriz?.
¿Otro dinero perdido?.
