Ahora sus enconos con el gobernador, ya terminaron, ahora lo siguen y “estarán prestos a cumplir sus ordenes y sus políticas ya emprendidas” ¡cuanta lealtad!, Pero eso si acusan a Bartlett y a Melquíades de haber tenido su propio “delfín” y cuando pudieron denunciarlo, les falto lo que les sigue faltando. Pantalones.