Por Alejandro Mondragón
Académicos -nivel II del Sistema Nacional de Investigadores de la BUAP- son utilizados desde hace años como jornaleros para cuidar los árboles frutales y de aguacates del rector Alfonso Esparza Ortiz en su rancho de Atlixco.
Palas, machetes, tijeras de podar, serrotes, ácidos húmicos, lombrices de tierra, mochilas de aspersión y trampas para tuzas tienen que llevar para obtener canonjías en la institución.
Desde el 2012 con Esparza como secretario general en el periodo de Enrique Agüera, los académicos han tenido que realizar faenas ajenas a su responsabilidad de investigadores acreditados de la universidad, según se desprende de correos electrónicos, cuya copia obtiene Al Portador.
El doctor Miguel Ángel Damián Huato se opuso a realizar actividades externas para el rancho de Esparza. Desde el año pasado comenzó a ser víctima de acoso laboral, lo que ha implicado cancelación de bonos y aguinaldo, así como la pérdida de los apoyos del Conacyt.
Damián Huato recurrió a la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, instancia laboral que ha ignorado todo.
El doctor es miembro del Sistema Nacional de Investigadores nivel II, perfil Prodep, integrante del padrón académico de la BUAP, evaluador del Conacyt, Premio Estatal de Ciencia y Tecnología 2011 y miembro del padrón de consultores de la DITco-BUAP.
Pertenece al Cuerpo Académico 264 de Recursos Naturales y Sistemas Agroforestales, a la Asociación Mexicana de Estudios Rurales y a la Organización de Científicos Comprometidos con la Sociedad. Ha publicado 5 libros y dirigido 13 tesis, así como impartido 42 cursos.
Es profesor-investigador titular A, tiempo completo del Centro de Agroecología-ICUAP.
Damián Huato es víctima de la persecución, porque se rehusó a hacer faenas en el rancho de aguacates de Esparza en Atlixco.
Otros académicos que sí aceptaron las condiciones del hoy rector de la BUAP han recibido todo tipo de canonjías. Dionicio Juárez Ramón metió a su pareja a la nómina del Centro de Agroecología del ICUAP; Jesús Francisco López Olguín también incluyó a familiares.
Y el actual vicerrector y Delfín de Esparza para sucederlo, Ygnacio Martínez Laguna, opera –según lo publicado por Al Portador- parte de la red de empresas fantasmas en la institución.
Ahí está su héroe universitario.
Sí, como El Negro Durazo que usaba a policías de albañiles para construir su Partenón.
El poder, se confirma, iguala.
Correo Miguel Ángel Damián Huato by Status Puebla on Scribd