23-04-2024 02:04:48 AM

Las letras chiquitas de la “Guerra Civil” en el PAN

Por Alejandro Mondragón

 

La ecuación para entender lo que viene en la “guerra civil” en el PAN con la renovación de la dirigencia nacional, empieza en el control.

 

¿Quién maneja el padrón de militantes?

 

¿Quién dispone del control de los comités directivos estatales del partido en el país?

 

¿Quién puso al árbitro de la contienda?

 

¿Quién fijó las reglas con sus letras chiquitas?

 

Simple: Ricardo Anaya y su grupo.

 

De ahí que la postulación de la fórmula Héctor Larios, presidente; y Rafael Moreno Valle, secretario general, respaldados por los 9 gobernadores no necesariamente panistas, represente un intento serio, pero al final, intento.

 

Nadie que se confronta al CEN del PAN ha salido vivo para contarlo, reza un refrán popular en el blanquiazul.

 

En realidad, los opositores al grupo de Ricardo Anaya legitiman, desde ahora, un eventual triunfo de Marko Cortés a la presidencia del PAN.

 

Gobernadores panistas: Antonio Echavarría, de Nayarit; Carlos Mendoza Davis, de Baja California Sur; Francisco García Cabeza de Vaca, de Tamaulipas; Francisco Domínguez, de Querétaro; José Rosas Aispuro, de Durango; Martín Orozco, de Aguascalientes; y Mauricio Vila, electo por Yucatán, quien tomará posesión del cargo el próximo mes.

 

Carlos Joaquín González, de Quintana Roo; y Antonio Gali, de Puebla, no son militantes del blanquiazul, aunque fueron respaldos por el PAN de Ricardo Anaya para llegar al cargo.

 

 

Entonces, son 7 de los 13 mandatarios que arribaron al poder con militancia, quienes ahora pretenden convertir al partido en una filial de la Conago.

 

Todos, los 9, tienen dos puntos en común:

 

1.- En la pasada contienda electoral por la presidencia, jugaron discretamente por la opción priista de José Antonio Meade; abandonaron a su suerte a Anaya, a pesar de que a ellos les dejó manejar candidaturas y los resultados fueron muy claros: en sus feudos ganó López Obrador.

 

2.- Todos recibieron recursos en inteligencia y financiera de Rafael Moreno Valle para imponerse en sus estados, amén de los intereses y operadores del ex gobernador de Puebla que están en sus nóminas.

 

El único gobernador que entregó buenas cuentas al PAN, Miguel Márquez en Guanajuato se deslindó, al igual que su delfín Diego Sinhué Rodríguez Vallejo.

 

El otro góber duro, Javier Corral de Chihuahua ya promueve a Gómez Morín como el tercero en discordia y los que faltan se lancen para pulverizar el voto opositor.

 

Moreno Valle empuja como presidente a Héctor Larios para quedar como el poder tras el trono, en el esfuerzo por ser el negociador azul en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador; y manda una señal de que recompuso su relación con El Yunque.

 

El punto es que Larios pertenece a una facción ligada más al ámbito empresarial que de partido.

 

El jefe del Yunque en el PAN se llama Marco Antonio Adame, quien hoy juega en el equipo de Ricardo Anaya.

 

¿Y PUEBLA?

En el ámbito doméstico, los Moreno Valle pareciera que van en dos rutas. Rafael confrontado con los anayistas para arrebatarles el partido y hacer lo que los poblanos ya sabemos, le gusta imponer.

 

Tiene sus cartas marcadas para la renovación de las dirigencias sin abrir espacios a nadie que no sean incondicionales a su grupo.

 

La gobernadora electa, Martha Érika Alonso, dispone de trato preferente con la estructura de Anaya, por la vía de Damián Zepeda, quien ha expresado su respaldo a su triunfo en Puebla.

 

Si Moreno Valle cree que los gobernadores panistas moverán sus estructuras y los mandatarios del PRI operarán a su favor en la interna del PAN, bien valdría esperar los próximos anuncios del partido.

 

Y es que donde se note mano ajena al PAN seguro se enviará una delegación afín a los intereses anayistas.

 

La estructura, el padrón, el árbitro y las reglas están a favor de los anayistas, mientras los poderosos góbers opositores apenas representan con sus estados: 26 por ciento de militantes en el país.

 

La burbuja mediática que se levanta a favor de los enemigos de Anaya no deja de ser un acto de propaganda bien montado.

 

Moreno Valle, que ahora anda tan incluyente, será orillado a abrir al PAN en Puebla para gozar de credibilidad y no ser tachado de candil de la calle y oscuridad de su casa.

 

Último punto: Peña Nieto ya no le puede brindar la protección política de siempre.

 

Tiene otros problemas más graves por enfrentar.

 

 

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