28-03-2024 02:40:16 PM

Nos aprisionan con el miedo y las necesidades

Por Abel Pérez Rojas

La creencia de ser libre  hace más perversa el tipo de prisión”

Más allá de quienes se encuentran privados de su libertad física hay otros que viven presos de sus miedos y angustias, privados de vivir a plenitud.

Mientras que los encarcelados están conscientes de que las rejas y las paredes son sus limitantes, quienes viven fuera de ellas están ciegos creyendo que son libres.

La creencia de ser libre sin serlo, hace más perversa el tipo de prisión.

Pienso todo esto mientras fijo mi atención en una frase de Eduardo Galeano, el célebre periodista y escritor uruguayo que fue sumamente claro al afirmar lo siguiente:

“Quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen”.

Es contundente el diagnóstico de Galeano, pero detrás de la aseveración hay toda una visión crítica de la realidad y del comportamiento de los seres humanos que vale la pena detenerse a reflexionar.

Vivimos en una sociedad con un sinfín de necesidades vanas y superfluas. Necesidades que buscan satisfactores divorciados de la felicidad, sólo proporcionan ciertos complacientes temporales –generalmente muy breves-, que a su paso deja heridas en nosotros que nos hacen experimentar soledad y oquedad.

Como no somos diestros en la experimentación de nuestro profundo YO, tememos el recorrido intermedio que pasa por la toma de consciencia de nuestra soledad, la cual es transitoria, pero tememos quedarnos atrapados ahí; por eso la tratamos de llenar con cualquier cosa, pero nada es suficiente porque todo ello no va a la raíz, sólo se queda en las ramas de la posesión, del egoísmo y de la apariencia.

En ese recorrido perdimos nuestra libertad sin darnos cuenta, porque revestimos esa claudicación con una aureola de éxitos que son tan fatuos como si aceptáramos que la desnutrición se cura leyendo las etiquetas de los mejores suplementos alimenticios.

Es importante tener presente que todo esto lo ignoran en su gran mayoría las multitudes y sólo pocos se esmeran en liberarse de estos procesos viles, pero quienes mueven los hilos del sistema conocen a la perfección cómo dirigir las “libertades” de millones a través de la moda, de los grandes eventos periódicos, de las guerras, de las ideologías.

Detrás del temor a perder algo superfluo e innecesario hay toda una serie de mecanismos que operaron a la perfección para que nosotros actuemos acorde al guion preestablecido mucho tiempo atrás, el mismo al que respondieron nuestros padres y nuestros abuelos, y que con el paso del tiempo construyeron lo que se ha denominado “fatal destino”.

Un buen comienzo para emprender el camino auto liberador consiste en trabajar con nuestras preocupaciones, en vivir el “aquí y el ahora”, en cuestionar todo aquello que consideramos verdades irrefutables y en tender puentes en lo que siempre hemos creído como inconexo y ajeno.

Por cierto, duda que eres libre, ese también es un buen indicio de que estás dispuesto a despertar.

Vale la pena darse cuenta. Vale la pena intentarlo. ¿Estás dispuesto?

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