Por Alejandro Mondragón
Dos consideraciones claves para entender lo que se viene en Puebla se registran en Tecamachalco, municipio visitado por López Obrador.
1.- Es la cuna de la familia Alonso y donde la candidata Martha Érika arrancó su campaña en pos de la gubernatura. Es prioridad electoral.
2.- Es la región donde más se ha agredido a las mujeres por un gobierno panista. El alcalde del morenovallismo, Inés Saturnino, no ha tenido empacho en ejercer violencia de género contra las regidoras Ruth Rodríguez Huerta y Ruth Zárate Domínguez. Sigue impune.
En Tecamachalco se han prendido los focos rojos electorales, debido a que es el municipio donde Andrés Manuel López Obrador y Morena tienen la más alta preferencia al voto.
De acuerdo con el Buró de Estrategias y Análisis de Poder, encabezado por Rodolfo Rivera Pacheco, 68 por ciento de los habitantes votará por Morena.
Ahí se prevé el #6de6 de los morenistas; es decir llevarse Presidencia, Senado, Diputación Federal, Gubernatura, Legislatura Local y Alcaldía.
En Por Puebla al Frente para desmarcarse de la misoginia de Inés Saturnino postularon al diputado local Ignacio Mier a la alcaldía, pero el morenovallismo por la vía de Compromiso por Puebla lleva al hermano de satanás, Isaac López Ponce.
Aquí andan divididos porque todos: PAN, PRD, Movimiento Ciudadano y Compromiso por Puebla son partidos que llevan en común a Martha Érika Alonso.
Morena postuló a Marisol Cruz como su abanderada, una mujer cercana al candidato Luis Miguel Barbosa, cuya estrategia se basa en subirse a la ola de López Obrador.
Se imagina perder la tierra de la familia Alonso por jugarle a Dios.
Ahí se las dejo.