Por Alejandro Mondragón
“AMLO sí, Barbosa no”.
Así, con esas palabras, es la nueva cruzada morenovallista en contra del candidato de Morena a la gubernatura, Luis Miguel Barbosa.
Detrás de dicha campaña, disfrazada del supuesto rechazo de las bases de Morena a las imposiciones de Barbosa, se oculta la mano que mece la cuna.
Y es la de Rafael Moreno Valle, quien se nota desesperado porque la ola lópezobradorista se ha convertido en tsunami y arrasará con todo Puebla.
Ya no le importa Ricardo Anaya.
Menos José Antonio Meade.
Los candidatos al Senado le valen madre.
Los abanderados a diputados federales y locales tampoco, le valen.
Sólo quiere sacar adelante la gubernatura para Martha Érika y lo que se pueda de las alcaldías.
Por eso, echó mano de la impresentable de Violeta Lagunes para chingar y chingar siempre a Barbosa, jamás a López Obrador.
A la cuna subió a los abanderados del Verde Ecologista, Panal, de la coalición Por Puebla al Frente, periodistas, conductores de radio y televisión, verduleros y cualquier rémora capaz de mentarle la madre a Barbosa, sin meterse con AMLO.
De lo mismo que se quejaban de Mario Marín, ahora lo hacen, lo que confirma que se han convertido en lo que tanto detestaban.
Inexplicable esa campaña de mierda contra Barbosa.
¿La necesita Martha Érika Alonso para ganar?
Es una forma de exhibir que Moreno Valle sigue mandando en la campaña con su guerra sucia, misma que ha repudiado la candidata.
Se parecen a los marinistas del 2010.
