Por Alejandro Mondragón
En Los Pinos se han tomado algunas decisiones de cara al 2018:
La más importante es que bajo ninguna circunstancia se permitirá la conformación del Frente Amplio Opositor. El grupo perredista del Estado de México, encabezado por Juan Zepeda, es el responsable de activar las minas.
Se le perfila ya para la dirigencia nacional del PRD. Su misión es simple: boicotear la alianza.
Un pacto PAN y PRD no frenaría a López Obrador, sino que provocaría al PRI perder bastiones claves para la gobernabilidad.
Cada partido se deberá rascar con sus propias uñas, lo que implicaría que el Verde Ecologista y el Panal irían solos. Que en las urnas muestren su valía, no yendo de rémoras del PRI.
Se tiene claro que la figura de Andrés Manuel López Obrador parece imparable. No deja de crecer en las encuestas y lo que preocupa es su onda expansiva.
No queda nada más que pulverizar el voto.
Es decir, que Morena no controle las cámaras de Senadores y Diputados, así como algunas gubernaturas.
El PAN puede ser una opción en el esquema de voto útil. El mejor posicionado recibiría los apoyos. En Los Pinos se tiene la creencia que si Margarita Zavala no se divorcia de Felipe Calderón perderá las elecciones por los elevados negativos que arrastra.
Como no se vislumbra una separación por interés político, se ha cobijado la idea de ir con la figura de Ricardo Anaya, no Rafael Moreno Valle. Ojo con este dato.
La onda expansiva de AMLO va a afectar a todos. Se puede perder la Presidencia, pero jamás los bastiones en las gubernaturas, el Congreso y los municipios.
Más que gobernabilidad, lo que buscan en Los Pinos es evitar que el gabinete con Peña Nieto a la cabeza termine en la cárcel, acotación del reportero.
Y aquí viene entonces la formalización de ceder algunos bastiones y lograr otros para evitar que López Obrador los apabulle.
En los estados donde habrá elecciones se pretende dejar las plazas en manos de los aliados, aún de oposición.
Veracruz sería de Miguel Ángel Yunes para que ponga a su hijo; en Morelos, Graco Ramírez dejaría a su hijastro; en Puebla, Moreno Valle estaría en condiciones de apuntalar a su esposa u otra carta de mayor confianza.
Ellos entrarían en la órbita del proyecto peñista de fortalecimiento de las regiones virreinales ante la onda expansiva de López Obrador.
En Los Pinos se tiene la certeza de los obstáculos que enfrenta Moreno Valle con la base panista, la cual considera un peligro en la conservación de empleos y patrimonio. Ponen el caso de lo que pasó a los poblanos.
El tema de Elba Esther Gordillo y sus vínculos con el peñismo, podría ser el más competitivo, pero ha dañado a la base panista.
De hecho, Moreno Valle respaldó con recursos a 14 panistas que ganaron sus respectivas gubernaturas, pero ahora los mandatarios azules le dieron la espalda y se alinearon a Ricardo Anaya, quien les ofreció ser los electores si lo apoyan en sus aspiraciones.
El gran problema es que ahora los sondeos más serios establecen a Margarita Zavala como la única carta competitiva para enfrentar a López Obrador, quien metería a la cárcel a los mafiosos del poder, empezando por Peña Nieto.