18-04-2024 08:11:05 AM

Peña-Giorgana: una rentable amistad

Por Valentín Varillas

Para el poblano Víctor Manuel Giorgana, haber coincidido con Enrique Peña Nieto en aquel órgano que aglutinaba a los líderes priistas de congresos locales, fue una auténtica lotería con beneficios palpables en lo electoral.

El eterno aspirante a la alcaldía, ha ido a contrapelo del catastrófico destino político que ha ensombrecido irremediablemente la carrera de varios de sus compañeros de partido.

Todo un caso de estudio.

La primera y mayúscula sorpresa se dio en aquel 7 de julio de 2013, fecha fatal que confirmó el derrumbe del priismo como fuerza política en Puebla.

El morenovallismo se hizo, con suma facilidad, de los cargos de elección popular más importantes a través de un esquema de alianzas que resultó demoledor para el Revolucionario Institucional.

Los municipios prioritarios del estado fueron cayendo en manos del novel grupo hegemónico local, así como la gran mayoría de las diputaciones locales que estaban en juego.

Una en particular, prioritaria, la terminaron perdieron: la del distrito 16 con cabecera en Puebla capital.

Ahí se dio uno de esos casos extraños de alquimia electoral, en donde fue evidente la intervención de una poderosa mano que inclinó la balanza a favor de Giorgana.

Al término de la jornada, se daba como un hecho la victoria del perredista Julián Rendón por un margen mínimo de votos.

Una diferencia lo suficientemente pequeña para justificar que el caso se resolviera en tribunales.

A ellos acudió Giorgana -acompañado de los “cerebros jurídicos” de su partido- con una evidente y contundente confianza.

Mientras compañeros políticos y medios le extendían sendos certificados de defunción, la inconformidad presentada ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial  de la Federación (TEPJF) era etiquetada desde muy arriba como de “altísima prioridad”.

Corrieron los tiempos, se agotaron las instancias y al final llegó la resolución final.

El TEPJF le dio la victoria al priista, anulando los votos de la casilla 1259 básica, con el argumento de que no hubo escrutadores el día de la jornada.

La determinación de la máxima autoridad del país y su justificación llamó mucho la atención.

Y es que el morenovallismo se caracteriza, hasta la fecha, por tener a su disposición a auténticos especialistas en el manejo, interpretación y manipulación a conveniencia de las leyes electorales.

Ganarles en tribunales, en teoría, era prácticamente imposible.

No para Giorgana y su poderoso aliado.

Otra contundente y a la vez atípica victoria de Víctor Manuel se dio en el proceso federal del 2015.

Ahí, el reto parecía todavía mayor: ganarle el distrito 12 a la fórmula integrada por los dos auténticos consentidos del entonces gobernador Moreno Valle: Ángel Trauwitz como titular y Cabalán Macari como suplente.

La dupla hizo campaña de manera conjunta y con la misma intensidad, beneficiándose de los alcances de la operación electoral de Casa Puebla.

Simplemente no podían perder.

Sin embargo, fueron derrotados con contundencia.

Las pifias discursivas y los errores estratégicos fueron la constante, algo extrañísimo para auténticos expertos en ganar procesos electorales fundamentales para los intereses del grupo.

Una vez confirmada la derrota de sus alfiles, el entonces mandatario dio la orden de no denunciar supuestas irregularidades y evitar a toda costa judicializar el proceso.

Raro, muy raro.

¿Rindieron la plaza en aras de mantener intactos los acuerdos con el presidente Peña?

De ser así ¿cómo podrían estos acuerdos modificar el mapa político de Puebla en el corto plazo?

Otro factor más de “los intangibles” que vale la pena considerar.

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