Por Alejandro Mondragón
En los pasillos de la sede del CEN del PAN en la colonia del Valle, Ciudad de México, se comenta que en la oficina principal se ha tomado la gran decisión.
Ya lo evaluó, midió y decidió que no quiere riesgos.
Ricardo Anaya y su grupo controlarán el 85 por ciento del Consejo Nacional del partido, a partir del 22 de enero, fecha en la que se ratificarán las asambleas estatales.
Y eso le permitirá empezar a construir el camino hacia las designaciones de candidatos, algunos vía alianza, a cargos de elección popular en el 2017.
Hasta llegar a la máxima decisión asumida que es meter mano en el Comité Directivo Estatal del PAN para lograr la designación, principalmente, del candidato del PAN a la gubernatura desde el CEN.
Sí, quitarle a Moreno Valle el papel de Gran Elector en Puebla en el 2018.
Y es que si el mandatario es el candidato presidencial, quiere imponer a su grupo en todos los cargos (gubernatura, senadurías, diputaciones federales, legisladores locales, alcaldes y regidores), pero si pierde la nominación, también lo pretende hacer.
“Se siente dueño del partido, creo que se equivoca”.
Anaya resolvió entrarle a Puebla. Hace unas semanas, encomendó al ex senador y consejero nacional vitalicio, Humberto Aguilar Coronado, respaldar jurídicamente a los 11 panistas excluidos de las asambleas para elección de consejeros.
Los casos llegaron a la Comisión Jurisdiccional del partido, la cual ordenó fueran incluidos en las listas estatales, pero el gobernador ignoró los estatutos y desacató la resolución.
Se encerró con los suyos y al final se quedó con todo el pastel. Moreno Valle encabeza el Consejo porque se asumirá en 2018 como El Gran Elector en Puebla.
Gali será excluido: “Ni panista es”.
Su ecuación es simple: si Moreno Valle no es el candidato presidencial, Martha Érika Alonso, su esposa, será la abandera panista a la gubernatura. Es un hecho.
Anaya, para enfrentar el búnker azul del morenovallismo en Puebla, donde sabe que El Yunque ha sido comprado por la vía de subsidios a organismos empresariales, requiere de un Consejo Nacional que lo respalde totalmente y lo tendrá, de manera abrumadora.
El que Ricardo Anaya se haya metido y Moreno Valle lo haya mandado al carajo, marca bien que la relación es a punta de madrazos.
A Anaya ya le quedó claro que si el gobernador de Puebla logra ser abanderado lo va a meter a la cárcel, de ahí que prepare una contraofensiva para desactivar al morenovallismo en el PAN. Lo primero es quitarle el aval a convertirse en el cacique panista para los próximos 25 años.
Lo que viene será una guerra de espías, infiltrados, mensajes sicilianos, pero sobre todo decisiones que si no se asumen ya, después será demasiado tarde.
Lo cierto es que es irreconciliable el trato entre Anaya y Moreno Valle, mientras que Margarita Zavala se alejó de este pleito en espera de capitalizar.
Todo apunta: Anaya en el PAN hasta 2019 y Zavala en la candidatura presidencial 2018, pero Moreno Valle no será El Gran Elector en Puebla. Eso creen.
Así se perfilan los acuerdos para enfrentar al góber poblano, quien hoy se volvió una posición muy incómoda en el partido.
DERROCHE AZUL
Espero que la fiesta de cumpleaños de Filomeno Sarmiento, ex alcalde Cuautlancingo, no haya salido de su caja chica: la tesorería municipal.
El ex edil quiere postularse para otro periodo. Actualmente, manda en el gobierno de Félix Casiano, quien dicen aportó con recursos locales para el festejo que congregó desde el padrino del moche panista, el diputado federal, Miguel Ángel Huepa, hasta la oreja del impresentable edil de San Pedro Cholula, el morenovallista José Juan Espinosa: Lorenzini.
Aquí las imágenes de estas finas amistades.
